El ministro de Desarrollo Social cordobés informó que son más de 500 las personas evacuadas como consecuencia de los incendios que se producen en las localidades de Calamuchita, La Bolsa, La Granja y Ascochinga, que se suman al centenar de residentes en La Paisanita. Hay un herido grave.
El ministro Daniel Passerini precisó que hasta ahora hay cuatro personas herida, una de ellas en grave estado. Se trata de un hombre, de 47 años, que rescató a los chicos en el refugio de Villa Alpina. "Se le cayó un árbol en la cabeza. Fue llevado a Santa Rosa de Calamuchita y luego a Córcoba", dijo y añadió que dos de los cuatro heridos, son bomberos voluntarios.
De hecho, el propio gobernador de Córdoba, José Manuel De la Chota, aseguró que la situación es "crítica" y pidió al Gobierno Nacional el envío de gendarmes "para darle tranquilidad a los evacuados".
Según los medios cordobeses, unas 50.000 hectáreas están afectadas por el incendio que se desató el viernes en el Valle de Calamuchita y que aún no pudo ser controlado por los bomberos, que calificaron al siniestro como "el peor que se recuerde" y que obligó a un contingente de 50 chicos con sus padres a permanecer en un refugio hasta que finalmente pudieron ser evacuados.
En el valle de Calamuchita, según Fabián Vargas, coordinador de la Regional Nº 7 de los Bomberos, "la situación es crítica en Villa de Yacanto (situada a unos 28 kilómetros de Santa Rosa de Calamuchita), dado que el fuego afectó a la localidad por tres frentes y el viento no ha cesado para nada".
Vargas dijo que se trata del "peor incendio que se recuerde", aunque Gastón Parodi, presidente de la comisión de Bomberos de Yacanto, aseguró a la prensa que "se parece, por su magnitud, al de 2005".
"Las condiciones climáticas no favorecen, porque, además del calor, las ráfagas superan los 50 kilómetros", subrayó Parodi en relación con el viento y las altas temperaturas.
En el mismo sentido, el titular del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Marcelo Zornada, destacó que "el problema no es sólo la meteorología y la topografía, sino también el combustible forestal muerto de pinos, que se cayeron el año pasado, complica la operación".
"No es una situación normal y se está trabajando con distintas tácticas. La situación es compleja y necesitamos mucha cantidad de gente. Está tan seco todo que la propagación es muy rápida. La temperatura ambiente, la baja humedad y otros factores, hacen que los incendios sean explosivos", advirtió el funcionario.
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