Luego de que la bancada massista trabara el tratamiento de la renovación de su licencia especial como senador provincial, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, dijo que "será el Frente para la Victoria" el que le diga "cómo seguir". Berni ocupa desde diciembre de 2011 la vicepresidencia primera de la Cámara Alta.
Convertido ahora en la segunda minoría del Senado, el massiclarinismo pretende ese cargo y asegura que la designación es "irregular".
Si el oficialismo no consiguiera los votos para renovar la licencia, Berni deberá renunciar a la banca o dejar el cargo en Nación y volver al Senado. Él mismo señaló que seguirá donde el Frente para la Victoria disponga que debe hacerlo.
En el Senado también está pendiente la renovación de la licencia especial a la actual directora general de Cultura y Educación, Nora De Lucía, quien minimizó las trabas del Frente Rejuntador y consideró que "estos palos en la rueda se responden con gestión".
La sesión del jueves se cayó cuando el massiclarinismo intentó imponer el tratamiento sobre tablas de su propio dictamen de minoría sobre la Policía Comunal, rompiendo el acuerdo al que se había llegado con el FPV y el resto de los bloques en Labor Parlamentaria.
Los pases a las filas massiclarinistas de los últimos días recalentaron el clima electoral en la Cámara Alta bonaerense.
Replicando la iniciativa que la diputada Dulce Granados impulsa a nivel nacional, el senador Roberto Fabio Sorchilli (FPV) presentó un proyecto de ley para sancionar a los legisladores que incurran en "prácticas parlamentarias políticamente inapropiadas", es decir que pretendan irse de partido político por el que resultaron electos o no apoyen los proyectos presentados por la bancada a la que pertenecen. La sanciones van desde la suspensión temporaria hasta la aplicación de multas o la inhabilitación.
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