Así lo afirmó el ministro de Defensa, tras la publicación de una actividad cultural dentro del predio. La madre Adelina Alayes defendió "darle vida a ese lugar" y el legislador y nieto restituido Juan Cabandié pidió "resignificar" ese espacio.
La publicación de una actividad cultural dentro del predio de la ex ESMA volvió a poner en debate la utilidad de ese espacio. Los medios más conservadores volvieron aprovechar esta situación para intentar criticar la política de Derechos Humanos del Gobierno nacional.
"La ESMA debe ser un ámbito de resignificación. Por eso celebramos que se esté inaugurando un pabellón nuevo destinado a no perder la memoria sobre lo acontecido en las Malvinas o nos alegramos de que funcione Paka Paka o Canal Encuentro", afirmó Juan Cabandié, hijo de desaparecidos y legislador porteño.
En referencia a la actividad cultural que se realizó el fin de semana pasado, Cabandié consideró: "Me da una alegría tremenda que haya asados y murgas. Siempre que se mantengan los edificios más emblemáticos, donde pasaron nuestros padres, donde nacimos muchos chicos. Eso nunca se lo va a tocar y se lo va preservar como está", explicó el legislador porteño.
La polémica sobre cómo debe usarse el predio de lo que fue el principal centro clandestino de detención, se generó luego de que representantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) se manifestaran en contra de una serie de actividades culturales que se desarrollan en el llamado Espacio para la Memoria.
“Con todo lo que ha sucedido en la ESMA, todo lo que pasó ahí no queda impune, por eso se tiene que llenar de gente, de actividades sociales”, aseguró el ministro de Defensa, Agustín Rossi, en declaraciones radiales.
Por su parte, Adelina Alayes, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, aseguró que la ESMA "no es un lugar para poner cruces y sólo lamentarse. Es necesario darle vida a ese espacio y está perfectamente determinado en qué lugares se pueden hacer este tipo de actividades y en cuáles no".
En referencia al supuesto asado, que por muchos medios periodísticos fue calificado como un “festejo” o una “celebración", Alayes aclaró: “Lo que se hacen son almuerzos en el marco de jornadas muy extensas -que van de 7.00 a 19.00- y se hacen hamburguesas como parte de un recreo en el medio de esas jornadas de trabajo".
"También se hace música, hay talleres. Bajo el criterio de quienes cuestionan estas cosas habría que cerrarlo, convertirlo en un cementerio y no hacer más actividades", concluyó Alayes.
Pero también hubo quienes se mostraron en desacuerdo. Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, fue una de las primeras voces críticas que se alzó contra la actividad cultural realizada en la ex ESMA. "En Auschwitz pasaron 70 años y no se hacen estas cosas. ¿Qué les pasa a los jóvenes que tienen la oportunidad de reivindicar a sus padres desparecidos? A mí me tiene indignada esta situación".
En este sentido consideró: “No se puede disfrazar la historia con estas situaciones. Yo quiero a la ESMA para recordar, para que sea historia para las generaciones que vienen, no para un gran festejo. No queremos la memoria triste, lo que queremos es mantener los hechos que ocurrieron en el lugar que fue muerte. Y hay que tenerlo presente para llegar a la verdad; no se puede banalizar lo que vivimos de ninguna manera", reflexionó.
Más críticas a la actividad del fin de semana pasado fueron pronunciadas por Eduardo Fukman, ex detenido en la ESMA y dirigente de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos. "La ex ESMA se está convirtiendo en un salón multiuso", aseguró Fukman y juzgó el evento del fin de semana pasado como "inapropiado e hiriente", por tratarse de un sitio identificado con la memoria y el exterminio de presos políticos durante la última dictadura militar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario