Las investigaciones oficiales empiezan a correr el velo del tráfico ilegal de divisas. En el gobierno sospechan que el corazón de la actividad tiene contactos con el sistema financiero formal, con las fuerzas de seguridad y con instituciones como los clubes de fútbol. Proponen modificaciones en la legislación.
La familiaridad con la que la palabra "cueva" aparece en la agenda mediática no ayuda a dimensionar el real desarrollo de la estructura y organización que caracteriza ahora a los grandes protagonistas del mercado ilegal de divisas. Con abultadas inversiones iniciales y una red de comunicaciones y protección constante, las casas de cambio clandestinas lograron armar un universo que los controles estatales acechan pero todavía no pueden alcanzar.
En el propio gobierno nacional reconocen que si la negociación paralela fuera un videojuego y las cuevas actuaran en cinco niveles, todavía ninguna de las dependencias oficiales logró pasar del tercero. La demanda minorista, la que puede tocar al ciudadano de a pie que por alguna razón quiere obtener moneda extranjera, se vincula con los primeros eslabones de fácil localización. Pero mientras se escala en la capacidad económica de los demandantes y crece el volumen de la negociación, también aumenta la complejidad con la que actúan los oferentes.
La principal hipótesis de los encargados de investigar estos casos es que en el cuarto y el quinto nivel hay conexiones muy cercanas con el sistema financiero formal e institucionalizado. "Estamos en plena investigación, pero falta para llegar al corazón de la operatoria. En ese nivel intervienen bancos, mutuales, cooperativas, todas con capacidad de acción como para hacer esto con sumas grandes", señalaron fuentes oficiales.
Según las investigaciones, las casas tienen seguridad, amplias instalaciones con cámaras de vigilancia, muchas líneas telefónicas, vidrios blindados y bóvedas, pero se ocultan en lugares que parecen ser otra cosa. Los casos en los que se pudo avanzar implicaron fachadas de negocios de turismo, joyerías y hasta pequeños locales de pago rápido de cuentas. En casos de galerías y otros edificios, también se pudo observar la utilización de chapones de metal y otros tipos de cerramientos.
En la cotidianeidad los cambistas mueven poco dinero y trabajan con recambios cada una o dos horas. Todo lo que se recaudó en pesos con la venta de divisas cambia de lugar y las cajas se fondean de nuevo con moneda extranjera que se guarda en lugares ubicados en otros pisos de los mismos edificios o en edificios cercanos.
"En el mercado hay mucha liquidez por actividades ilegales como el narcotráfico, la trata de personas, el juego clandestino, los talleres textiles e incluso la misma renta de los préstamos ilegales para consumo. Ese dinero adicional tiene que dirigirse hacia algún lugar en la economía, y mucho pasa por la negociación de moneda", apuntaron desde uno de los organismos encargados de trabajar en los controles. Además, explicaron desde el mismo organismo, "funcionan como redes, con nodos muy marcados" que en algunos casos incluso cuentan con protección de fuerzas de seguridad, lo que pone límites difíciles de superar.
La logística está tan aceitada que permite que los cambistas ilegales escapen en pocos minutos si sospechan que fueron descubiertos. El caso de la barra brava de Boca dio un primer acercamiento de la forma cómo operan estos grandes operadores y mostró la rapidez con la que se mueven.
Entre que uno de los grupos de inteligencia pasó el dato de la cueva xeneize y la gente de la Comisión Nacional de Valores (CNV) llegó junto con policías de la Comisaría 1ª pasaron 15 minutos, suficientes para que vaciaran todo y se escapara el 90 por ciento de los implicados que estaban en el lugar. "Dejaron sólo una oficina abierta que nos permitió ver toda la parafernalia que tenían en el edificio de Florida. De afuera parece un antro, pero tenían mucha tecnología aplicada", señaló una persona que formó parte del operativo.
La autoridad principal en temas de cambio de moneda es el Banco Central, con lo que su intervención es obvia, pero la Comisión Nacional de Valores, la Secretaría de Comercio Interior y el Ministerio Público Fiscal toman las aristas que les corresponden dentro del universo de delitos económicos y cooperan con el objetivo. "Entre los organismos tenemos que trabajar coordinadamente porque, si bien tenemos mandatos específicos, todas estas actividades están conectadas", opinaron en el gobierno.
Por ejemplo, la CNV tiene gente en la calle que busca cuevas que actúen dentro de la oferta pública irregular, pero como estas casas muchas veces son un polirubro, terminan actuando dentro de la avanzada contra el mercado ilegal del dólar. Ese trabajo, que también realiza la Secretaría de Comercio Interior, da el puntapié inicial para poder avanzar luego con inspecciones o allanamientos.
"La búsqueda no es perseguir a los arbolitos, que son laburantes, sino tratar de llegar a la ruta del dinero ilegal y agarrar a los grandes", explicaron. El microcentro es el área más plagada del cambio ilegal, pero también se está empezando a ampliar la investigación a otras zonas. Con los controles más duros y el miedo que da vueltas por las peatonales, muchos empezaron a pasar su actividad más allá de la avenida Corrientes.
Luego de que se descubren las casas de cambio y el accionar ilegal, los casos pasan al Poder Judicial. Sin embargo, al consultar sobre el avance de las causas, todavía nadie puede señalar una condena significativa. "Los organismos de control actúan, pero con la justicia siendo conducente a dar penas ejemplificadoras sería más simple. Si pasa mucho tiempo entre el allanamiento y la concreción de lo judicial se complica, estas actividades se reciclan muy fácil", señalaron fuentes oficiales.
En tanto, en el Ministerio Público Fiscal reclaman que se modifique el sistema legal para delitos cambiarios, ya que lo consideran obsoleto porque los aleja de la investigación. "Ahora estamos dando colaboración técnica al Banco Central y hace unos meses realizamos allanamientos exitosos en los que encontramos hasta 300 mil pesos, pero la ley no le da un lugar al ministerio como investigador y todo es limitado hasta que se cambie el sistema legal", le indicó a este diario el fiscal general Carlos Gonella, titular de la Procuraduría Adjunta de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC).
Además, apuntó que se están discutiendo modificaciones en el Código Penal y por el momento se avanzó en la concreción de reuniones con fiscales de la justicia penal económica para plantear la necesidad de un rol más activo para el ministerio que encabeza Alejandra Gils Carbó. "La búsqueda es establecer al menos un protocolo de intervención temprana en el sumario, para poder opinar con mayor fundamento", señaló Gonella.
En tanto, Pedro Biscay, que encabeza el área específica de fraude económico y bancario de la PROCELAC, subrayó que "hay voluntad muy clara del ministerio en trabajar sobre la persecución e investigación de los delitos de cuevas financieras y cambiarias, razón por la que se está coordinando a todo el Estado en ese sentido".
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