El referente de la lucha por la igualdad de género y candidato a diputado nacional por el FPV, sostuvo que a partir de 2003 “los más vulnerados construimos políticas desde adentro del Estado y no desde la vereda de enfrente”.
“Pertenezco al grupo de 'los últimos de los últimos de la fila', los más vulnerados, con histórica privación de acceso a derechos, falta de políticas públicas y bajo la acción de políticas criminalizantes aún en democracia, pero con la llegada de Néstor comenzamos a construir políticas desde dentro del Estado y no desde la vereda de enfrente”, sintetizó Freyre.
El titular del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual y presidente de la Fundación Buenos Aires Sida -sexto en la lista de candidatos a diputados nacionales por FpV- recorrió en una entrevista con Télam su trayectoria como militante y su compromiso con las políticas implementadas desde 2003.
“Néstor nos propuso el matrimonio igualitario, pero en realidad nos propuso matrimonio en todos los sentidos: `matrimoniarnos` con la palabra política, con la palabra Patria, que de alguna manera la dictadura se había apropiado y transformado en palabras manchadas”, explicó.
Freyre contrajo matrimonio en 2009 con José María Di Bello, convirtiéndose en la primera pareja del mismo sexo de América Latina y el Caribe reconocida legalmente, producto de la lucha de la comunidad gay argentina por la ampliación de derechos.
A pesar de que su figura se asocia con ese hecho histórico, su trayectoria acumula un pasado familiar de lucha por los derechos sociales, con un padre que militó en el Partido Comunista y que lo llevaba a la Plaza de Mayo cuando tenía 13 años acompañando las manifestaciones de la Multipartidaria cuando se reclamaba en 1982 por el retorno de la democracia.
“Mientras el 'se va a acabar la dictadura militar' tronaba en la plaza, la represión policial nos hacía escapar corriendo junto con mi hermano, y cuando subimos al colectivo pude ver a mi papá que lloraba. Ahí empecé a naturalizar lo político dentro de lo cotidiano”, explicó sin olvidar que su “bautismo militante” fue a los 12 años “envolviendo chocolates para enviar a los soldados de Malvinas junto a mis compañeros de escuela”.
El secundario lo cursó en la escuela Hipólito Vieytes de Caballito, ya con el regreso de la democracia, fundando el primer centro de estudiantes y militando en la Federación Juvenil Comunista.
“Me voy en el '86, cuando comienzo a gestionar mi identidad como gay porque ya no quería sostener un personaje ficticio, en tiempos en que la política fue muy retractaria para con las personas homosexuales”, señaló Freyre.
En ese camino, recordó que aún bajo el gobierno democrático de Raúl Alfonsín “existían los edictos policiales que criminalizaban la homosexualidad y el travestismo” y que lo llevó a estar detenido más de diez veces “por reunirme con mis pares en la esquina de mi casa”.
“Había un operativo de terror cultural hacia los menores de 18 años para que no seamos homosexuales y para cercenar la diversidad”, remarcó Freyre al referirse a la década del '90 en la que “pudimos transformar la indignación en fuerza militante”.
En 1995, a los 21 años, recibió el diagnóstico de VIH positivo y un pronóstico de tres años de vida, y es entonces que comienza a militar en la Red Nacional de las Personas con VIH, en reclamo de “políticas públicas que no existían mientras nos estábamos muriendo”.
“Desde ese movimiento nacieron organizaciones que militaron por el derecho al matrimonio igualitario, a la identidad, a las políticas de drogas armonizadas con los derechos humanos y con recetas locales y no del FMI, la DEA o el Vaticano”, subrayó.
“Desde ese movimiento nacieron organizaciones que militaron por el derecho al matrimonio igualitario, a la identidad, a las políticas de drogas armonizadas con los derechos humanos y con recetas locales y no del FMI, la DEA o el Vaticano”, subrayó.
Para Freyre, la militancia permitió “una formación en escenarios muy adversos con los que no tenía ningún tipo de representación política y de los que además recibía la expulsión sistemática sin poder plantear la necesidad de políticas de salud”.
La resistencia se prolongó toda la década gobernada por el turco innombrable, hasta que comenzaron a visibilizarse en los medios de comunicación, como el recordado almuerzo con Mirta Legrand donde Freyre mostró ante los invitados cómo colocar un preservativo.
Años de lucha pasaron cuando, después de las elecciones legislativas de 2009, Néstor Kirchner le propuso que junto a Di Bello se acercaran al Frente para la Victoria, después del alejamiento de Freyre del Partido Socialista, del que fue candidato a legislador porteño.
Sobre esta nueva oportunidad de sentarse en una banca en el Congreso, Freyre opinó que su presencia “representa un hecho histórico qu muestra que la Argentina ilumina al mundo en términos de igualdad”.
“Es un proceso colectivo que nos envuelve a todos y a todas. Nuestro pueblo está feliz por tener un papa argentino y también por el matrimonio igualitario y en esto no hay vuelta atrás”, remarcó sobre las conquistas obtenidas en la última década.
El dirigente gay se entusiasma al señalar que “estamos haciendo historia pisando escenarios nuevos” y que en el Congreso, aunque no sea un espacio desconocido para él y su marido, ya que participaron en varios proyectos como asesores, entiende que tendrá como tarea la de luchar por "reducir el machismo en la política".
“La democratización de los poderes se realiza discutiendo machismo y la Argentina es líder en el mundo en muchas ideas y tenemos que estar ahí porque tenemos toda la vocación para hacerlo”, afirmó Freyre.
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