Así se desprende de los resultados de un estudio socioambiental realizado por la ACUMAR en 962 menores de 6 años. Los especialistas vinculan los datos epidemiológicos con la demora en la relocalización de más de 1500 familias que aún viven en el Camino de Sirga. En cinco años, la Ciudad sólo mudó al 14%, y recortó el presupuesto asignado a la zona.
Luego de tomar muestras de 962 niños menores de 6 años de la Villa 21-24, un estudio socioambiental realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) evidenció que "el 25% tiene plomo en sangre".
El relevamiento, publicado por el periódico Sur Capitalino, también abarcó a la Villa 26, cuyos resultados se conocerán en poco tiempo. Ambos asentamientos están ubicados sobre los márgenes de la cuenca, cuyo saneamiento fue estipulado por la Corte Suprema hace más de cinco años, pero que no todos los distritos cumplen.
Los especialistas enfatizaron la relación entre estos datos y la demora en la relocalización de las más de 1500 familias que siguen habitando ese espacio del Camino de Sirga, a pesar de que en enero debían entregarle su nueva vivienda a la última familia del lugar. A contramano de estas necesidades insatisfechas, el gobierno porteño recortó unos 6 millones de pesos del presupuesto asignado a la zona, y en cinco años, apenas efectivizó la mudanza del 14% de las familias.
Un primer dato de la encuesta es contundente: dos tercios de los hogares "tienen al menos una necesidad básica insatisfecha". El trabajo se enmarca dentro de la Evaluación Integral de Salud en Áreas de Riesgo (Eisar), realizada en la Villa 21-24 por un equipo interdisciplinario de ACUMAR y por representantes del barrio convocados por el Centro de Atención Primaria de la Salud (Cesac) Nº 35. Durante casi tres meses, en la zona más cercana al Riachuelo de las 60 hectáreas de la Villa 21-24 donde viven 55 mil familias, 60 especialistas realizaron estudios a 962 niños, 95 embarazadas y 158 adultos mayores de 60. El valor de referencia internacional es de hasta 5 microgramos por decilitro de sangre (5,1 ug/dl). Al 25% de niños con presencia de plomo en sangre, se le agregó que el 21,5% muestra un "probable retraso en su desarrollo", según la evaluación psicomotriz.
En efecto, el plomo puede provocar trastornos en el desarrollo para el aprendizaje y anemia. La prevalencia de anemia en menores de 2 años fue del 32,1%, y en las embarazadas, del 21,8 por ciento. Para los casos positivos de plomo, se solicitaron extracciones venosas en busca de un análisis exhaustivo, tarea que ahora corresponde a los efectores de salud porteños.
"Encontramos que la población donde más incide el riesgo por contaminación con plomo es en los menores de 3 años, lo que se relaciona con los hábitos de ese grupo etario, como estar mucho en el piso", destacó Fernando Nunes, director del Área de Salud Ambiental de ACUMAR, que ya censó unas 65 mil viviendas, entre Ciudad y provincia. Asimismo, agregó que "los valores y porcentajes son bajos, pero el grupo etario es muy vulnerable".
Las condiciones de estos terrenos emplazados en un sitio que supo ser un basural no ayudan al andar de los niños. El 42% de los censados no tiene inodoro o lo tienen sin descarga. Del resto, casi el 20% tiene desagüe a pozo ciego o excavación en la tierra, lo que transforma al lugar en una "zona de riesgo muy alta". A su vez, el 20% está por debajo de la línea de pobreza.
En este marco, sobresale aún más la demora de la Ciudad en la relocalización de 1334 familias de la Villa 21-24 y otras 225 de la Villa 26. "Todos los plazos judiciales están vencidos. En la 21-24 debía finalizar en enero de este año", enfatizó el asesor tutelar ante la Cámara de Apelaciones de la Ciudad, Gustavo Moreno. 467 familias aún no tienen terrenos asignados.
Se ha reclamado que las primeras trasladadas sean las 400 familias "prioritarias" que viven en el Meandro de Brian, la zona más afectada, lo que incluso admite un estudio ambiental del Ejecutivo porteño. Pero el IVC prefiere comenzar por el barrio San Blas, "por cuestiones logísticas" en relación con el paso de maquinarias. Moreno también cuestionó que el organismo porteño "sólo se limita a trasladar a la gente y olvidarse" y dio un ejemplo: las 33 familias del barrio Luján trasladadas en junio de 2010 a Cruz y Lacarra continúan sin gas.
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