La diferencia entre el candidato del FpV Martín Insaurralde y Sergio Massa es cada vez más corta. Los malabarismos del intendente de Tigre para sumar parte del electorado kirchnerista no dieron el resultado esperado. Los límites de la sonrisa.
A una semana de las PASO, el resultado en la provincia de Buenos Aires parece abierto. El candidato del oficialismo Martín Insaurralde fue día a día achicando diferencias en las encuestas respecto de su principal rival, Sergio Massa, que aún tendría una pequeña ventaja.
El intendente de Lomas de Zamora confía en las encuestas que le auguran un 35% de los votos y que le darían una victoria ajustada; el de Tigre cree en los números que le acercan sus encuestadores, que lo ubican cuatro puntos arriba. Número más número menos, lo evidente es que Massa acusó recibo de su caída en los sondeos de opinión. Hizo evidente un cambio de discurso, marcando un poco más sus críticas al Gobierno, pero cuidadoso de no ser muy agresivo.
Algunos asesores, alarmados ante el nuevo escenario, le aconsejan que endurezca más su perfil opositor. Es que los puntos que fue perdiendo no sólo los ganó Insaurralde, sino también Margarita Stolbizer, la candidata del Frente Progresista Cívico y Social, que se muestra como la opción “no peronista”, incluyendo en el combo no sólo a Insaurralde, sino a las listas que encabezan Massa, Francisco De Narcováez, Gerónimo Venegas y Eduardo Amadeo, aunque este último acaba de bajarse de la candidatura. Y como elemento adicional que completa el análisis del massismo, De Narcováez no subió en las encuestas pero dejó de caer.
Pero a Massa se le presenta una disyuntiva que no es fácil resolver. Es cierto que perdió votos filokirchneristas desde que el Gobierno lo expuso como opositor, pero también perdió una porción de votos opositores que lo consideran tibio con el Gobierno.
Esta realidad lo llevó a pedirles a Venegas y a Amadeo que depongan sus candidaturas y se sumen a sus filas, porque esas décimas de porcentaje de votos que obtendrían cada uno podrían resultarle muy valiosas en este primer tramo electoral que son las PASO.
Amadeo, pese a que basaba su campaña en una frase anti-Massa (“el que estuvo en el gobierno, puede volver a estarlo”), aceptó. Lo explicó sin tapujos: “Es el momento de aunar fuerzas porque Insaurralde está creciendo”. Pero también es cierto que Massa, a pesar de esas fugas de posibles votantes, aún hoy conserva una importante intención de voto como para aspirar a un triunfo el domingo próximo. Y ese caudal lo logró con su perfil de hombre sonriente y su mensaje de ondas de amor y paz.
De allí que su nuevo discurso sea más duro aunque sobre los mismos ejes que antes y sobre blancos fáciles (“Mi primera medida de gobierno si en 2015 soy presidente sería echar a Moreno”, dijo a mitad de semana, como si el secretario de Comercio fuera un empleado de planta permanente y blanqueando, de paso, sus aspiraciones presidenciales. A la vez, Massa no critica personalmente a Cristina y valora a Néstor Kirchner, en el habitual mecanismo de los opositores al kirchnerismo de agigantar el recuerdo del ex presidente para bajarle el precio a la Presidenta.
Por eso, cuando Roberto Pettinato, de Canal 13, le preguntó a quién hubiera preferido como novio de su hija entre todos los ex presidentes, de Raúl Alfonsín para acá, eligió a Kirchner. Por eso, también, se enojó tanto con el periodista Diego Schurman cuando en Radio Continental le preguntó sobre sus comentarios sobre Kirchner a la embajadora estadounidense Vilma Martínez según reveló el libro Argenleaks, de Santiago O’Donnell (había dicho que “Cristina estaría mucho mejor sin Néstor que con él” y que Kirchner era “perverso”, “psicópata” y “cobarde”, entre otras cosas). “En su momento ya lo aclaré. Y la verdad que hablar de un tema de tres años atrás me parece patético”, le respondió Massa. Cuando el periodista le pidió que le refrescara cuáles habían sido sus aclaraciones, contestó: “No, ya lo contesté hace tres años” y mandó al periodista a revisar el archivo, donde difícilmente podrá encontrar esa respuesta.
En ese doble juego, Massa sigue haciendo malabarismo para desentenderse públicamente de su acuerdo con Mugrizio Macri, mientras el doblemente procesado jefe de Gobierno porteño, Gabriela Michetti, Jorge Macri y los principales funcionarios del PRO no cesan de afirmar que tienen un pacto político con el intendente de Tigre y que apoyan plenamente su candidatura a diputado.
Por su parte, Insaurralde avanza por dos caminos. Uno, el que le tiende Cristina con datos de la realidad socioeconómica planteados en anuncios de Gobierno, como la baja de la desocupación del 7,9% al 7,2% y el aumento a los jubilados del 14,41%, con un total en el año del 31,78%, un índice que supera cualquier medición de inflación. También, en un escalón inferior del espacio noticioso, en la semana que pasó se promulgó el reglamento de la nueva ley de mercados de capitales, las reservas del Banco Central aumentaron 125 millones de pesos luego de ocho meses consecutivos de pérdidas, la construcción creció y la venta de autos cero kilómetro va camino de un nuevo récord, como fue récord la recaudación fiscal. A la par, el Gobierno hizo una demostración de fuerza política al rodear a Insaurralde en un acto de 13 gobernadores y 68 intendentes de la provincia de Buenos Aires. El hecho fue prolijamente ocultado por los medios opositores, que, en cambio, no dejan de resaltar los intendentes que respaldan a Massa, 17 en total. No es el único ocultamiento. Clarín hace día a día un alarde de creatividad para hablar de la campaña bonaerense sin poner la palabra “Insaurralde” en un título.
El otro camino lo construye el propio Insaurralde, con su perfil de vecino común, de político que viene de abajo, de tipo poco confrontativo. “Es nuestro Massa”, bromeó un funcionario kirchnerista en una charla privada. Le pone el cuerpo a la campaña, se multiplica en varios actos por día, no desaprovecha ningún micrófono. En ese vértigo sufrió la fallida decisión de empapelar Buenos Aires con su imagen saludando al papa Francisco. Aunque el texto que acompañaba la foto no tenía un mensaje electoral fue aprovechado por la oposición, y el propio vicegobernador Gabriel Mariotto afirmó que eso “no suma”.
Cruzando la General Paz las últimas encuestas marcan que algunas cosas están claras y otras no tanto. Michetti está consolidada en las preferencias como candidata a senadora. En el segundo lugar aparece el candidato del oficialismo, Daniel Filmus, pero la tendrá más fácil o más difícil según quién gane las PASO entre los tres postulantes de UNEN: Fernando Pino Solanas, Adolfo Prat el Gay o Rodolfo Terragno.
De esa interna, Solanas y Prat el Gay aparecen con mayores posibilidades. Habrá que ver cómo influyó en la imagen de Solanas el hecho de que su compañera de lista, Elisa Carrió (encabeza los diputados en la misma boleta), lo haya vapuleado en una entrevista televisiva conjunta en el programa de Mariano Grondona. “Sos muy PJ”, le dijo, entre otras cosas, Carrió a Solanas.
Entre los candidatos a diputados, Carrió aparece en las encuestas por encima de sus contrincantes en UNEN, Ricardo el Gil Lavedra, Martín Lousteau y Leandro Illia. Y también está mejor posicionada que Juan Cabandié. Está convencida de que le acumulan votos sus arrebatadas intervenciones, en las que calificó de “estúpidos” a los integrantes de su frente y a los que, además, descalificó por su pasado en los gobiernos de Fernando de la Rúa, Ednarco Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, según los casos. Algunos dudan que tanta agresividad hacia sus propios compañeros le sea beneficiosa.
Conocedor de que el PRO y UNEN van por el mismo electorado, Filmus reforzó su estrategia de mostrar las profundas diferencias que tiene el oficialismo con ambos sectores. Día a día cuestionó aspectos deficitarios del gobierno de Macri e hizo hincapié en las leyes que Michetti, Carrió, Solanas, Prat el Gay y el Gil Lavedra votaron en contra o no votaron por ausentarse o abstenerse. Esas leyes, dijo Filmus, son las del matrimonio igualitario, el voto a los 16 años, la identidad de género, la supresión del avenimiento en los casos de violaciones, la regulación de las prepagas, la protección de trabajadoras domésticas y peones rurales, y la reestatización de las AFJP, Aerolíneas e YPF.
Si nos guiamos por las nuevas encuestas, la estimación que se había hecho en esta misma columna dos semanas atrás, según la cual el kirchnerismo podría sumar entre cinco y diez bancas en las elecciones del 27 de octubre, ahora estaría más cerca del diez que del cinco. No sólo por cómo se estrechó la diferencia entre Massa e Insaurralde, sino porque desde Córdoba y Santa fe, las dos provincias que les siguen en importancia a Buenos Aires y la Capital Federal, le llegaron al oficialismo noticias moderadamente alentadoras.
En Córdoba, donde la aspiración inicial del kirchnerismo era colocar un diputado de la lista encabezada por la rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto, ahora también alienta esperanzas de conseguir una banca para el segundo de la lista, el secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Martín Gill. Mientras que en Santa Fe, donde Hermes Binner aparece cómodamente en el primer lugar, el candidato del Frente para la Victoria, Jorge Obeid, está superando al candidato del PRO, Miguel Del Sel. Obeid debe defender las tres bancas que ganó la lista que lideró Agustín Rossi en 2009.
Por fuera de la campaña electoral, pero no de la política, terminada la feria judicial reapareció la Corte Suprema de Justicia en los títulos de los diarios. En su primer acuerdo post vacaciones de invierno le pidió al Gobierno dinero para pagar el aumento salarial acordado con los trabajadores judiciales liderados por Julio Piumato, actualmente alineado con De Narcováez. Para ello, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, debería hacer una modificación en las partidas presupuestarias. Con ese aporte la Corte haría frente al nuevo aumento del 10%, que redondea un 25% anual.
Mientras tramita cuestiones administrativas de ese orden, la Corte hace tiempo a la espera de que pase el 11 de agosto para dar su fallo definitivo sobre la constitucionalidad de los artículos cuestionados por el Grupo Clarín a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Pero esa será otra historia y ya dará mucho que hablar.
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