El candidato hizo campaña con una estrategia que le valió críticas de la prensa local por incitar a la violencia de género. ¿En campaña todo vale?
A Massa las encuestas en La Matanza no le van mal, pero definitivamente es un territorio político muy duro, históricamente peronista, y en donde hasta su propio intendente, Fernando Espinoza, se postuló como candidato a primer concejal cargándose al hombro las PASO, al menos en su propio distrito.
El alcalde de Tigre y líder del Frente Renovador paseó el martes por las calles de San Justo y desde su entorno aseguraron que fue bien recibido. El desembarco, al menos, ya lo hizo y con una perlita que no pasó desapercibida.
Es que uno de sus hombres que tiene influencias en ese distrito y que también integra su lista a candidato a diputado provincial, Julio Rubén Ledesma, no tuvo mejor idea que hacer campaña con promotrolas que vestían provocativas calzas amarillas y ajustadas remeras negras.
Dicen que en campaña vale todo, o casi todo, aunque el hecho fue muy criticado por un sector de la prensa local ya que puede asimilarse a un tipo de violencia sexual.
“Esta forma de violencia simbólica, muchas veces resulta casi imperceptible, a causa de la naturalización de algunos espacios que ven común someter a las mujeres al representarlas como a una cosa sexual y erótica, sin tener en cuenta que es un ser intelectual y pensante”, describe un artículo que publica el Periódico SIC de La Matanza.
Para captar la atención de los ¿votantes?, la vestimenta era más sugestiva que política. Se mostraba el número de la lista del FR y su logo distintivo, el signo +. Luego, cerca de las zonas íntimas aparecía el verbo “es”, para unir “Ledesma es Massa”, frase que se esparcía por las piernas de las mujeres.
Definitivamente en la campaña de cara a las primarias hay ideas de marketing que en vez de levantar la imagen del candidato, la pueden hundir.
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