La huelga anunciada por el gremio de maquinistas La Fraternidad para todos los ramales ferroviarios comenzó ayer al mediodia y es en rechazo a la instalación de filmadoras en el interior de las locomotoras. La medida afecta a unos 800 mil usuarios. Avanzó Infantería y hubo detenidos.
El paro de trenes que anunció el gremio La Fraternidad ayer al mediodía y que tomó por sorpresa a muchos de los usuarios de trenes que desde esa hora tuvieron que evaluar alternativas, complicó esta tarde el regreso a casa de casi un millón de usuarios, desde la Ciudad de Buenos Aires.
La medida de fuerza que afecta a más de 800 mil usuarios, provocó enormes colas y una gran demora en los pasajeros que tuvieron que viajar en colectivos. Las principales terminales se poblaron de pasajeros que hacían colas de hasta 200 metros para poder subirse a un colectivo.
Tras más de seis horas de paro, en el regreso a casa se registran incidentes en Constitución que obligaron a la policía a reforzar la seguridad y ahora avanza Infantería. Así, tras la jornada laboral, los manifestantes comenzaron a arrojar piedras contra colectivos y en la terminal de micros. Hubo detenidos.
Muchos de ellos con caras tapadas, comenzaron a arrojar piedrazos, palazos y golpes. Primero, volaron proyectiles a la estación, luego, cuando el conflicto parecía superado por el accionar de los bomberos, que tiraron agua sobre el grupo de vándalos, hubo un destrozo a un patrullero que intentó acercarse a controlar la situación.
La medida que tiene mayor acatamiento en el Sarmiento y en el Mitre, dos de los servicios más utilizados para viajar al Conurbano. También están interrumpidas las partidas del Roca, el San Martín y el Belgrano Sur, informó la Policía Federal.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, dijo que la medida es por la instalación de cámaras en las cabinas de conducción. Randazzo descartó que el conflicto sea salarial, ya que "el aguinaldo se paga mañana (por hoy), cuarto día hábil del mes, como sucede desde hace ocho años, por lo tanto no tiene ningún sentido que hagan un paro y perjudiquen a millones de pasajeros por un problema que no existe".
"La verdad es que se oponen a la instalación de cámaras en la cabina de los conductores, porque no quieren que haya medidas de control que apuntan a mejorar la seguridad del servicio", añadió el ministro.
Randazzo afirmó que "es inexplicable que se opongan a la instalación de cámaras. Quien no tiene nada que ocultar no tiene por qué oponerse a una medida de este tipo".
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