Por Gisela Carpineta, para InfoNews
La diputada busca renovar su banca en un frente con "Pino" Solanas. Suele decir que es "la última vez que se presenta" y sus pronósticos apocalípticos nunca se cumplen. Es la autora de frases polémicas por doquier que la hicieron perder cada vez más adeptos: en la última elección obtuvo el 1,84 por ciento de los votos.
Enérgica, verborrágica y polémica. En cada elección, sus frases de cabecera suelen ser dos: al comienzo instala el “voy a ganar las elecciones”, para luego decir el lapidario –y ya no creíble– “es la última vez que me presento”.
Chaqueña y más conocida como “Lilita”, Elisa Carrió es abogada y fundadora de la Coalición Cínica-ARI. Desde diciembre del 2009 es diputada nacional de ese partido por la Ciudad de Buenos Aires y miembro de las Comisiones de Asuntos Constitucionales y Juicio Político.
Para las próximas elecciones, la referente de la CC intentará renovar su banca de diputada acompañada por el diputado de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas, ahora candidato a senador. La alianza se da dentro del denominado espacio UNEN, el frente opositor que conforman Proyecto Sur, la Coalición Cínica, el GEN, la UCR, el socialismo, Libres del Sur y Podes.
Su estilo desenfrenado y su lengua filosa la llevaron a comparar a Néstor Kirchner con Mussolini y hasta llegó a decir que lo mejor que le podía pasar a Cristina Fernández era quedar viuda. Frases polémicas por doquier que la hicieron perder cada vez más adeptos.
En las elecciones presidenciales de 2003, como candidata del partido ARI, obtuvo el 14,05 por ciento de los votos. En las del año 2007, como candidata por la Coalición Cínica, obtuvo el segundo lugar, con el 23,04 por ciento de los votos. Para las del año 2011, Carrió se presentó nuevamente como candidata por la Coalición Cívica, obteniendo el último puesto, con el 1,84 por ciento de los votos.
Con sus múltiples alianzas e idas y vueltas partidarias, lejos de sumar adeptos, Carrió es la dirigente que más éxodos políticos ha sufrido: desde la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, hasta el senador nacional por Ciudad de Buenos Aires, Samuel Cabanchik, y la ex titular de la obra social Pami y ex ministro de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, entre muchos otros.
Más allá de sus pronósticos apocalípticos nunca cumplidos y sus frases insólitas, Lilita siempre estuvo en el ojo de la tormenta por su actividad laboral en Chaco durante la última dictadura militar argentina. A los 21 años, la diputada fue nombrada asesora de la Fiscalía de Estado por decreto del interventor militar de la provincia, el general Antonio Serrano, en 1978. Pero no fue el único cargo que ocupó durante la dictadura: dos años después se convirtió en secretaria de la Procuración del Superior Tribunal de Justicia de esa provincia.
NdR: la deformación del nombre de la fuerza política a la que pertenece Carrió, es responsabilidad de la redacción de Currín y no de la autora de la nota.
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