El acuerdo entre Roberto Lavagna y el PRO para una candidatura a senador nacional por la Ciudad todavía no nació y ya está herido de muerte.
"Las conversaciones están congeladas, no gustó nada lo último que hizo", dijo a la agencia Télam uno de los operadores macristas que llevan adelante la negociación para sumar a Lavagna, en una eventual dupla con la diputada Gabriela Michetti, en la boleta de aspirantes a senadores nacionales por el PRO.
Lo que desató la ira fue la respuesta de Lavagna a las críticas que había recibido por fotografiarse, el 1º de Mayo, junto al gobernador cordobés José Manuel De la Chota, el sindicalista Hugo Moyano y el diputado Francisco De Narcováez. "A mí no me gustaron las fotos del Borda y no dije nada", replicó el ex ministro en referencia a la represión en el neuropsiquiátrico porteño contra pacientes, médicos y otros trabajadores de la salud el pasado 26 de abril.
El "armador" macrista dijo a la agencia Télam que "hace una semana" que no hay diálogo entre el PRO y Lavagna. Sin embargo, desde el entorno del economista aseguraron que hasta el lunes "seguían hablando (ambos sectores) y está todo intacto".
Otra de las divergencias que habría surgido entre es la metodología para dirimir las candidaturas y la posibilidad de ir a primarias, alternativa que es resistida por Lavagna.
A pedido del ex ministro de Ednarco Duhalde y Néstor Kirchner, la negociación –por ahora trunca– incluía sumar un "lavagnista" entre los primeros cinco puestos para la Cámara de Diputados. Quien más sonaba para ese lugar era el ex embajador Roberto Gil.
Según informaron diversos voceros del macrismo, en lo que resta de la semana, y pese a algunas tibias señales para bajar el tono de la disputa, no se prevén reuniones entre los supuestos aliados y, ahora, inesperados contendientes.
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