Por Francisco Balázs, para Miradas al Sur
Hay una dificultad reinante por ver quién ocupa el trono unificador de fuerzas que enfrenten al oficialismo. Las alianzas deberán presentarse hasta el 12 de junio y las listas de candidatos, definitivas, el 22 del mismo mes.
Los intentos de la variopinta cruzada del arco político opositor al kirchnerismo por lograr alianzas con vistas a las elecciones de octubre, y casi contrarreloj para llegar a cumplir con los plazos de presentar acuerdos para las elecciones PASO, dan muestra de la dificultad reinante por ver quién ocupa el trono unificador de fuerzas que enfrenten al oficialismo. Las alianzas deberán presentarse hasta el 12 de junio y las listas de candidatos, definitivas, el 22 del mismo mes.
Atravesados por la urgencia y articulación desesperada que ejercen los principales factores del poder mediático y económico, no es exagerado afirmar que la cruzada que emprenden, desdibujada de principios y límites ideológicos y hasta de “las formas y modos” tan mentados, revisten características de claras acciones destituyentes, superiores incluso a las que se pusieron en práctica en 2008 con el conflicto agrario y que retornaron desde el comienzo del segundo mandato de la Presidenta en 2011.
El escenario actual para la oposición es muy distinto al de las últimas elecciones de 2009. Entonces, contaban con candidaturas definidas y figuras mediáticas, como el tándem Francisco –Alika Alikate– de Narcováez, Mugrizio Macri y Felipe Solá. Venían de cosechar la siembra de la revuelta agraria de un año atrás, que les había servido para presentarse en sociedad, bajo el amparo del factor determinante: El Grupo Clarín, el aparato agroexportador junto a su diario La Nazión y los principales sectores económicos concentrados que representan y comparten intereses y modelo de país. La casi totalidad de las caras opositoras de 2009 vuelven cuatro años más tarde, desgastadas por el fracaso del otrora Grupo A, y golpeadas por la fenomenal derrota que sufrieron en las elecciones de 2011.
El elenco estable y la escenografía mediática: Una primera aproximación es el intento de armado del peronismo opositor –disidente– que encabeza Hugo Moyano (con partido recién estrenado) junto a Francisco de Narcováez, después que hicieran las paces, dejando atrás diferencias menores que se prodigaran mutuamente, tales como: “chorro”, “ladrón”, “mamarracho”, “colombiano evasor”, entre otras finuras que partían de uno hacia el otro, y que al decir de De Narcováez, quedaron zanjadas con un pedido de disculpas mutuo. A ese armado se sumarían Roberto Lavagna, Juan Manuel De la Chota, Luis Barrionuevo, Gerónimo Venegas, Eduardo Buzzi, José Pepe Scioli, Eduardo Amadeo, Julio Piumato y Claudia Rucci, entre tantos. Del segundo armado, aunque por ahora haya declaraciones contradictorias que entre ellos llaman “límites”, se da un entramado más complejo. Jugando a dos puntas, Francisco de Narcováez asegura estar cada día más cerca de un acuerdo con Mugrizio Macri, que a su vez intentó que Roberto Lavagna se sumara a la lista de candidatos a senadores por el PRO.
Otro actor de esta trama, con ambiciones mayores y devenido articulador del Frente Opositor (FO), es el gobernador de Córdoba, Juan Manuel De la Chota, que a estas horas está enfrentando un resonante caso de corrupción que involucra a su ministro de Transporte en la provincia, Dante Heredia, y a dos de sus funcionarios –Ramón Sánchez y Martín Aráoz–, filmados por una cámara oculta del programa periodístico ADN del Canal 10 de Córdoba mientras pedían y recibían coimas de empresarios del transporte, con la anuencia de sus superiores.
De la Chota trabaja desde hace tiempo procurando incorporar a Macri al FO, pero surgieron insinuaciones de “límites” por parte de Macri cuando rehusó a participar de la foto famosa del acto en el que participaban Moyano, Lavagna, De la Chota y Gerónimo Venegas. La oferta de De la Chota a Macri es aportarle la tan mentada pata peronista al PRO que resiste quedar atrapado a la estructura del peronismo disidente.
Hacia el lado del llamado progresismo, desde el Frente Amplio Progresista (FAP) Hermes Binner ya no ve un “límite” (como declarara hace unos meses) en arribar a un acuerdo con Macri. Victoria Donda y Humberto Tumini, de Libres del Sur, desencantados en el pasado con el Frente para la Victoria y actualmente en el FAP, sumaron a Alfonso Prat el Gay, que abandonó la Colisión Cínica de Elisa Carrió, luego que colisionara contra el 1,8% que sacara en las elecciones presidenciales del 2011.
En tanto, Víctor De Gennaro y Pablo Micheli (que se alejó de Moyano) y que también se sumaría al FAP de Hermes Binner como candidato a diputado, podrían confluir, por carácter transitivo aliancista, junto a Mugrizio Macri, el cómico Miguel Del Sel, al goleador boquense Martín Palermo, el ex árbitro de fútbol Héctor Baldassi y el chacarero Alfredo De Ángeli. Al armado del macrismo hay que sumar, en las últimas horas, a Martín Lousteau, ex ministro de Economía durante la revuelta agraria, como posible candidato por si Lavagna no acepta el convite de Macri de encabezar la lista de senadores junto a Gabriela Michetti.
Otro acuerdo que generó rupturas y pérdidas fue el que celebraron Elisa Carrió y Pino Solanas, de Proyecto Sur, espacio en el que se encontraba parte del progresismo argentino, ahora devorado por Carrió quien, esta semana, luego de la seguidilla de denuncias que involucraron al presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti, acusándolo por negociar con el Gobierno, cargó contra toda la oposición denunciándola de corrupta, incluidos los pocos cercanos que la acompañaban. Apelando a una reflexión mesurada y republicana, Carrió cargó contra sus, a esta altura, ex compañeros, Ricardo el Gil Lavedra y Alfonso Prat el Gay : “A ellos los violaron. Yo puedo tener muchos defectos, pero a mí el Frente para la Victoria no me violó jamás”. La respuesta atildada y académica de el Gil Lavedra fue: “Si a nosotros nos violó el oficialismo, a ella la violaron dormida porque estaba en su casa y no fue a la sesión de ese día”. Que se pierdan las ideas y las convicciones vaya y pase, pero, ¿también los modales republicanos?
Mientras tanto, la Unión Cívica Radical y sus principales referentes, Oscar Aguad, Ernesto Sanz, Alfonsinito y Gerardo Morales, navegan por diferentes orillas. Aguad quiere llevar a la UCR a un entrevero con el PRO. Sanz se suma a cualquier armado que haga fracasar al kirchnerismo “como sea”, y Alfonsinito y Morales ya no saben para dónde correr, pero merodean cerca del progresismo de Hermes Binner, lo que también los podría llevar a cruzarse con el macrismo.
Finalmente, entre todos los mencionados, se diferencia el factor Sergio Massa, intendente de Tigre y figurita disputada por casi todos. Siempre bien ubicado en las encuestas, no muestra sus cartas y no tiene urgencia en decidir su futuro en una elección de medio término, con el riesgo de quedar atrapado en medio de apresuradas trifulcas aliancistas.
NdR: las deformaciones de nombres y apellidos de personas como así también de la denominación de alguna fuerza política, son responsabilidad de la redacción de Currín On Line y no del autor de la nota.
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