Desde Plaza de Mayo, la Presidenta habló en cadena nacional y afirmó: “Yo no soy eterna; pero lo que es más importante: tampoco lo quiero ser”. Una multitud disfrutó del show y de diversos recitales por los 203 años del primer gobierno patrio y los 10 años desde la asunción de Néstor Kirchner. "No venimos a agraviar", indicó Cristina.
"Mal que les pese, esta es una década ganada”, enfatizó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner desde Plaza de Mayo. Frente a una multitud, aclaró: "Pero ésta no fue una década ganada por un gobierno, sino ganada por un pueblo”.
Al hacer uso de la palabra durante el acto político organizado con motivo del 25 de Mayo y para celebrar los diez años del kirchnerismo, la mandataria agradeció a los argentinos “por esta plaza de la alegría, del amor por la patria y el otro”, y diferenció: “No venimos a insultar ni agraviar, sino a festejar el día de la patria”.
Después de aclarar que “no fue un día fácil”, la Presidenta recordó la asunción de Néstor Kirchner, y aseguró: “En este nuevo aniversario de nuestra querida patria, quiero confesarles que surgen en mi también otras imágenes porque hace exactamente 10 años mi compañero de vida y de militancia asumía la presidencia”.
“¡Qué paradoja! Fue el presidente menos votado de todos los procesos democráticos, y sin embargo vino a encabezar el proceso de transformación y cambio más importante de las últimas décadas”, afirmó.
Tras asegurar que “el peronismo vino a cambiar definitivamente la historia del país”, sostuvo que tanto Evita como Juan Domingo Perón “les enseñaron a los argentinos que al lado de cada necesidad había un derecho”.
"Así como Néstor y después yo, Perón y Evita fueron las dos personas más difamadas, atacas y ultrajadas de toda esta historia”, reflexionó Cristina, pero aclaró: “No me quejo. Eso pasa cuando uno afecta intereses o crea la Asignación Universal por Hijo para que nadie más contrate a alguien por dos pesos”.
"Antes de que llegara el peronismo había explotación en el país, se le pagaban dos monedas a los trabajadores y no había vacaciones ni aguinaldo. Entonces, ¿cómo entonces no iban a ser combatidos?", remarcó.
Tras enumerar las medidas más importantes de la gestión kircherista, Cristina afirmó que todavía queda mucho por hacer: “Seguimos peleando; pero ya no por la libertad, sino por la igualdad, porque ese el gran signo de esta década y de las que vendrán”.
La Presidenta también le pidió a los argentinos que peleen para que esas conquistas no les sean quitadas: “Quiero convocarlos para que a esta década ganada le siga otra década más en que los argentinos sigan ganando también”.
“Quieren dividirnos, instaurar un clima de insulto y odio permanente. Pero conmigo no van a poder. No van a escuchar una sola palabra de ofensa, sí de ideas o de debate. El odio no une las mentes”, subrayó.
Al señalar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que estaban en el escenario, Cristina afirmó que si bien se había “avanzado mucho sobre los genocidas y en materia de Derechos Humanos”, sentía que tenían una inmensa deuda: “Es cierto que están siendo juzgados, que están en prisión y purgando penas, pero todavía no hemos podido encontrar a su hijos y a sus nietos. Esa es una deuda que tenemos con ellas como sociedad”.
“Yo quiero la unidad de todos los argentinos pero la quiero con memoria, con verdad y justicia porque sin eso no hay unidad posible. Porque la necesitamos en este proceso de inclusión social y reformas políticas”, agregó.
A modo de homenaje a Néstor Kirchner y emocionada, Cristina recordó aquel 25 de mayo de 2003: “Cuando él ya no estaba, hace muy poco tiempo, pude ver las filmaciones de ese día. Siempre abrazado a Florencia, iba saludando, parecía una estrella de cine que entraba por la red carpet al Parlamento. Pero había en su cara un gesto de angustia, de nerviosismo, que presagiaba las luchas que iba a tener que dar”.
“Quizás cuando dijo que no pensaba decir sus convicciones en las puertas de la casa de gobierno, en realidad estaba diciendo que se iba a jugar y hacer todo lo que tuviera que hacer. Y sabía lo difícil que iba a ser”, agregó.
Por eso, agradeció el acompañamiento de todos los argentinos que creen en el proyecto, pero también a los que son respetuosos y tienen ideas distintas. “Sólo les pido, no en nombre mío sino en nombre de los que se fueron y de sus propios hijos, que sepamos disentir con respeto, sin ofensas. Hay que darle a nuestros hijos una patria mejor”.
Al culminar su discurso, Cristina pidió que las ideas se debatan con altura y aseguró: “Tenemos la inmensa suerte de una democracia participativa, de una libertad de expresión sin precedentes en la historia argentina. Somos un gobierno que también nos hemos hecho cargo del costo político que muchas veces significa no reprimir a un sólo argentino porque corta una calle o piensa distinto”.
“Sabemos que no es junto que otro argentino llegue tarde a su trabajo, que tienen razón en enojarse, pero les pido perdón.Yo no voy a ser una presidenta que le dé palos a alguien porque esa nunca ha sido una solución en la Argentina”, indicó la Presidenta.
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