El dictador dijo que quiere ser recordado por la "honestidad" de su conducta pública y por la "prudencia" de sus decisiones "no carentes de firmeza". También aseguró que los juicios que lo condenaron son "inconstitucionales".
Desde la cárcel, el genocida Jorge Rafael Videla llamó a sus compañeros de armas que "sufren presidio" a "armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas" por el "régimen kirchnerista", según pudo leerse en una entrevista que brindó a la publicación española Cambio 16. "El rechazo de la ciudadanía a los procederes dictatoriales del kirchnerismo y sus secuaces les hará morder el polvo y esperemos que esta vez sea para siempre", se esperanzó.
Desde la cárcel de Marcos Paz donde purga varias condenas perpetuas por su participación en secuestros, torturas y robo de bebés mientras encabezó la junta militar que gobernó la Argentina durante la última dictadura cívico-militar, Videla rompió un silencio que duró casi un año. Lo hizo a través de una entrevista concedida a una revista española a la que ya brindó varios reportajes. Sin un atisbo de vergüenza habló de Derechos Humanos, republicanismo y aseguró que le gustaría ser recordado por la "honestidad" de su conducta y por la "prudencia" de sus decisiones antes de pedir la libertad de los "jóvenes militares" que actuaron entre 1976 y 1983.
Al referirse a los Derechos Humanos, el dictador consideró que perdieron "relevancia en cuanto se descubrió que, más allá de lo que moralmente significan, fueron usados como arma de presión política que encubre una maraña de negociados", sostuvo y dio como ejemplo "el plan de viviendas del que resultó exclusivamente beneficiada la Asociación de Madres de Plaza de Mayo".
Cuando se lo consultó acerca de los "errores" que "reconoce del Proceso de Reorganización Nacional", Videla no mencionó ninguno de los motivos por los que está preso. En cambio dijo que "el más grave fue el no darle otra razón de ser que justificara su existencia luego de haber logrado, a mediados de 1978, su objetivo primario, el cual era poner orden frente a la anarquía con que amenazaba el vacío de poder generado por la presidenta María Estela Martínez de Perón después del fallecimiento de su marido. Ese era el momento para una apertura política ordenada".
"¿Qué testimonio querría dejar para la historia?, ¿Cómo le gustaría ser recordado?", le preguntó el periodista Ricardo Angoso. "Por la honestidad de mi conducta pública y privada, pero también por la prudencia de mis decisiones no carentes de firmeza. El cristiano, a mi juicio, debe actuar con la palabra como mensajero de Cristo; pero además con el testimonio de sus obras como soldado de Cristo", explicó.
Videla expresó que le resulta "deplorable que aún hoy, con espíritu de revancha, se pretenda tergiversar la verdad histórica mediante una visión hemipléjica de la misma". Según el dictador, con esa "actitud, sólo se ha logrado sembrar el odio y el resentimiento en muchos corazones argentinos, postergando la tan ansiada unión nacional". La solución, siempre según Videla, sería que "la sociedad toda" promueva "un riguroso juicio histórico para superar" las "discordias del pasado reciente. Sin olvido, pero sin rencor; con justicia, pero no con venganza".
A pesar de sus deseos de justicia, el genocida considera que "en caso de continuar sosteniéndose" el "injusto encarcelamiento y denotación de los valores básicos", les pide a sus camaradas de "58 a 68 años, que aún estén en aptitud física de combatir", se armen "nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República" para combatir a la "presidenta Cristina y sus secuaces" quienes "continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo".
El dictador se esperanza que "de perpetuarse el gobierno actual en el poder" merced a una reforma constitucional o por el intento de "trocar" el sistema "representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, serán nuevamente las Fuerzas Armadas y de Seguridad junto al pueblo del cual provienen", quienes lo "impedirán por imperio de lo normado en la Constitución Argentina".
... Sin palabras.
Desde la cárcel, el genocida Jorge Rafael Videla llamó a sus compañeros de armas que "sufren presidio" a "armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas" por el "régimen kirchnerista", según pudo leerse en una entrevista que brindó a la publicación española Cambio 16. "El rechazo de la ciudadanía a los procederes dictatoriales del kirchnerismo y sus secuaces les hará morder el polvo y esperemos que esta vez sea para siempre", se esperanzó.
Desde la cárcel de Marcos Paz donde purga varias condenas perpetuas por su participación en secuestros, torturas y robo de bebés mientras encabezó la junta militar que gobernó la Argentina durante la última dictadura cívico-militar, Videla rompió un silencio que duró casi un año. Lo hizo a través de una entrevista concedida a una revista española a la que ya brindó varios reportajes. Sin un atisbo de vergüenza habló de Derechos Humanos, republicanismo y aseguró que le gustaría ser recordado por la "honestidad" de su conducta y por la "prudencia" de sus decisiones antes de pedir la libertad de los "jóvenes militares" que actuaron entre 1976 y 1983.
Al referirse a los Derechos Humanos, el dictador consideró que perdieron "relevancia en cuanto se descubrió que, más allá de lo que moralmente significan, fueron usados como arma de presión política que encubre una maraña de negociados", sostuvo y dio como ejemplo "el plan de viviendas del que resultó exclusivamente beneficiada la Asociación de Madres de Plaza de Mayo".
Cuando se lo consultó acerca de los "errores" que "reconoce del Proceso de Reorganización Nacional", Videla no mencionó ninguno de los motivos por los que está preso. En cambio dijo que "el más grave fue el no darle otra razón de ser que justificara su existencia luego de haber logrado, a mediados de 1978, su objetivo primario, el cual era poner orden frente a la anarquía con que amenazaba el vacío de poder generado por la presidenta María Estela Martínez de Perón después del fallecimiento de su marido. Ese era el momento para una apertura política ordenada".
"¿Qué testimonio querría dejar para la historia?, ¿Cómo le gustaría ser recordado?", le preguntó el periodista Ricardo Angoso. "Por la honestidad de mi conducta pública y privada, pero también por la prudencia de mis decisiones no carentes de firmeza. El cristiano, a mi juicio, debe actuar con la palabra como mensajero de Cristo; pero además con el testimonio de sus obras como soldado de Cristo", explicó.
Videla expresó que le resulta "deplorable que aún hoy, con espíritu de revancha, se pretenda tergiversar la verdad histórica mediante una visión hemipléjica de la misma". Según el dictador, con esa "actitud, sólo se ha logrado sembrar el odio y el resentimiento en muchos corazones argentinos, postergando la tan ansiada unión nacional". La solución, siempre según Videla, sería que "la sociedad toda" promueva "un riguroso juicio histórico para superar" las "discordias del pasado reciente. Sin olvido, pero sin rencor; con justicia, pero no con venganza".
A pesar de sus deseos de justicia, el genocida considera que "en caso de continuar sosteniéndose" el "injusto encarcelamiento y denotación de los valores básicos", les pide a sus camaradas de "58 a 68 años, que aún estén en aptitud física de combatir", se armen "nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República" para combatir a la "presidenta Cristina y sus secuaces" quienes "continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo".
El dictador se esperanza que "de perpetuarse el gobierno actual en el poder" merced a una reforma constitucional o por el intento de "trocar" el sistema "representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, serán nuevamente las Fuerzas Armadas y de Seguridad junto al pueblo del cual provienen", quienes lo "impedirán por imperio de lo normado en la Constitución Argentina".
... Sin palabras.
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