Como de costumbre, Lilita Carrió habló de todo y de todos aunque no puede probar sus "denuncias" públicas, ni formalizar una penal. No sólo habló de diputados y senadores "comprables", también comparó al gobierno de Cristina con regímenes "fascistas".
La desquiciada se refirió a una hipotética reforma constitucional que permita la reelección de Cristina Fernández de Kirchner. "Va a haber intento de reforma -aseguró Lilita-. Todo depende de la cantidad de diputados que compren", porque, aseguró, "pueden comprar varios diputados y senadores, puede haber muchos diputados y senadores comprables".
Sobre el tema, la diputada nacional es incapaz de hacer la denuncia pertinente porque en realidad carece de pruebas para el temerario exabrupto. Pero se sabe que Lilita ha construido su carrera política sobre esos cimientos: declaraciones temerarias, incomprobables.
Consultada sobre su ausencia en la Asamblea Legislativa del viernes pasado, Carrió argumentó: "No voy a un escenario fascista", y continúo: "Fue un acto de Mussolini de la década del 40 en Italia". La única "diferencia", según la referente de la Coalición Cínica, "es que los chicos en lugar de estar vestidos con uniforme militar estaban con remerita".
Pero no fue el único paralelismo que realizó entre un régimen dictatorial y el gobierno argentino. La eventual democratización de la justicia le sirvió para comparar la iniciativa con la guerra de Malvinas y Galtieri.
"¿Por qué había que hacer algo con Malvinas en ese 82 y no antes? Porque estaban perdiendo el poder. Y ahora, ¿por qué Cristina dice hay que hacer algo con la justicia? Porque estaba perdiendo el poder aunque esto lleve a la partidización de la justicia", sostuvo.
Pobre mujer. No está bien. Alguien debería hacerle entender que tiene que buscar la ayuda de profesionales de la salud mental.
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