Francisco llegó a Castel Gandolfo, en las afueras de Roma, donde se encuentra alojado provisoriamente el papa emérito Benedicto XVI, quien ayer cumplió 86 años. Almorzaron juntos en un encuentro inédito en la historia de la iglesia católica.
Francisco viajó en helicóptero desde el Vaticano y aterrizó quince minutos después en Castel Gandolfo, residencia provisional de Benedicto XVI, quien espera que se terminen las obras de reestructuración del monasterio en el interior de los Jardines vaticanos, que será su residencia definitiva.
Esta es la primera vez que se vieron desde que el cardenal Jorge Bergoglio, de 76 años, fue elegido papa el 13 de marzo, aunque ya han hablado por teléfono en varias ocasiones en estos días.
Uno de los temas vitales que habrían tratado ambos pontífices es la investigación interna y posterior informe encargado por Ratzinger a fines del año pasado, que demostró el alto grado de corrupción y pedofilia existente en la jerarquía eclesiástica en su conjunto y que, en definitiva, habría desencadenado su renuncia.
El informe, que el papa saliente sólo revelará al entrante -según había asegurado el propio Benedicto- pero que tomó estado público por medio de la prensa italiana, habría sido preparado por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore de Giorgi y hablaría de una red de corrupción y sexo que existe al interior de la iglesia católica.
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