A pesar del amparo vigente que prohíbe modificar los espacios verdes de la avenida, desde la Ciudad sostienen que cuando se finalicen los trabajos, en julio, la superficie sembrada será mayor que la actual.
Desde el viernes pasado, la Plaza de la República que custodia al Obelisco comenzó a cambiar su fisonomía por cuarta vez en su historia.
Al inaugurarse, en 1936, fue redonda; luego, rectangular con extremos redondeados, en 1965; y trece años después adquirió una forma ovalada con anexos, que ahora se eliminarán para darle una forma más angosta pero alargada en sus extremos norte y sur.
El motivo es la obra del Metrobus (en la práctica, un sistema de carriles exclusivos para colectivos), que desde enero genera polémica entre vecinos, ambientalistas y diputados, como consecuencia de la remoción de 300 árboles, plazoletas y monumentos, y el cambio de fisonomía en la avenida porteña más emblemática, lo que derivó en un amparo hasta ahora vigente que prohíbe a la Ciudad seguir modificando el espacio verde de ese trayecto.
"El juez (Guillermo Scheibler) planteó que desde el Ejecutivo porteño tenían que presentar un nuevo plan, de manera que la avenida no pierda espacio verde, pero ya los están destruyendo. El macrismo desacata las resoluciones del juez, avanza como si la justicia no existiera", remarcó el legislador Adrián Camps, del Partido Socialista Auténtico, quien presentó hace más de un mes un proyecto de protección integral para la 9 de Julio, que la Legislatura no trató.
El PRO, según dijo, debía presentar la documentación acerca de cómo se replanteaba la obra para mantener el balance de espacios verdes "y eso también requeriría una nueva audiencia pública para que se puedan expresar los ciudadanos". A esto se suma el informe de Evaluación de Impacto Ambiental que resaltó la quita de 600 metros cuadrados a la Plaza.
Desde la Subsecretaría de Tránsito y Transporte porteño, que dirige Guillermo Dietrich, aseguraron que "lo que sea agregar espacio verde, como estamos haciendo, se puede. Lo que no se puede, según el amparo, es quitar espacio verde". Y agregaron que la Plaza de la República no tiene una protección patrimonial "que la torne intocable", además de que su morfología varió "en muchos sentidos a lo largo de los años. Si bien el proyecto contempla un recorte de sus veredas, al mismo tiempo la estira en dirección norte y sur".
Anunciaron que la obra dará más verde a la plaza, y que habrá "cambios importantes": en el lado este (rumbo hacia el norte) se construirán dos carriles para transporte público; el giro desde Corrientes hacia Pellegrini y 9 de Julio (hacia el norte) se podrá realizar directamente; en el giro desde la calzada central hacia Diagonal Norte y Corrientes se segregarán tres carriles separando los que giran del tránsito pasante; y todas las combis que operan por la zona se trasladarán a un nuevo centro operativo ubicado en el estacionamiento bajo nivel entre Sarmiento y Perón.
El gobierno de la Ciudad planea inaugurar la obra, nunca aprobada por la Legislatura, el próximo mes de julio.
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