Muchos cardenales que se encuentran en el Vaticano para realizar la votación que dirimirá al nuevo Papa, encabezados por los representantes de Brasil, piden conocer los detalles de la investigación sobre corrupción y pedofilia encargada por el propio Ratzinger.
La investigación interna y posterior informe encargado por el entonces papa Benedicto XVI a fines del año pasado, que demostró el alto grado de corrupción y pedofilia existente en la jerarquía eclesiástica en su conjunto y que, en definitiva, habría desencadenado la renuncia de Ratzinger, quiere ser conocido por los cardenales que deben votar al nuevo prelado antes de iniciar el proceso eleccionario.
El informe, que tomó estado público por medio del diario italiano La Repubblica, habría sido preparado por los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore de Giorgi y hablaría de una red de corrupción y sexo que existe al interior de la iglesia católica.
Durante el primer encuentro que tuvieron los cardenales en el Vaticano el lunes, algunos de los presentes anunciaron su disposición de conocer el informe secreto antes del cónclave.
Fueron especialmente los cardenales brasileños -encabezados por el presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil- quienes pusieron el grito en el cielo y reclamaron conocer los detalles del informe encargado por Ratzinger tras el escándalo producido por "Vatileaks".
"¿Por qué los cardenales, que somos los consejeros más próximos al papa, no podemos tener acceso a dichos documentos?", preguntó públicamente el cardenal Raymundo Damasceno, arzobispo de Aparecida, y cabeza máxima de la populosa grey brasilera.
"Creo que es justo y necesario que los cardenales tengamos esa información antes de elegir al sucesor de Benedicto XVI", dijo, enfatizando su convicción que "todos los demás cardenales desean conocer ese informe secreto".
Otro de los cinco cardenales brasileños, Geraldo Majella Agnelo -de Salvador de Bahía- respaldó a su cófrade al preguntar: "¿Por qué no se nos ha entregado aún ese documento secreto? Yo quiero conocer su contenido, todos los cardenales quieren".
No obstante, antes de renunciar al papado, Ratzinger había ordenado que el informe se mantenga confidencial y sólo se mostrará al siguiente líder de la iglesia.
¡Qué nido de ratas!
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