El macrismo proclama una recuperación del espacio público de la Ciudad, sin embargo, a la hora de avanzar en la destrucción del mismo, la fuerza que gobierna el distrito no tiene límites. Ahora enfrenta una nueva polémica por la destrucción del arbolado de la 9 de Julio.
El metrobus es el premio consuelo que los porteños deben soportar ante la nula ampliación de la red de subterráneos. Como si se tratara de una política novedosa, el macrismo intenta disimular su incapacidad a la hora de realizar obras de envergadura en el terreno del transporte.
En la desesperación por mostrar obras, el macrismo avanzó en la extensión de carriles exclusivos para colectivos en la 9 de Julio. En su afán destructor, el macrismo se llevó puesto el arbolado de una de las avenidas más famosas de la Ciudad de Buenos Aires.
Los especialistas y legisladores opositores, no sólo reclaman por la importancia que tienen los árboles en la oxigenación de la ciudad, como así también en la absorción del sonido, sino también por el paisaje urbano que el macrismo no tiene prurito en destruir. La plazoleta y los árboles que recorrían la línea media de la avenida 9 de Julio, no existen más.
Pero el macrismo, que se ufana de recuperar el espacio público, ya cuenta con varios episodios de destrucción del mismo; el último y más resonante es el que ocurrió en la construcción de la estación de subte en Plaza Francia. El PRO debio dar marcha atrás y ahora evalúa trasladar la construcción de la estación a la zona de la Facultad de Derecho.
"Esto no tiene ningún sentido, además van a arrasar con el arbolado central, con el paisaje de la 9 de Julio, que es una postal de la ciudad para hacer este tipo de obra que es totalmente innecesaria", consideró Adrián Camps, legislador porteño del Partido Socialista Auténtico e integrante de la Comisión de Ambiente y de Espacio Público de la Legislatura.
En paralelo con las acciones del PRO, el procesado Mugrizio Macri ensaya un discurso verde en el que reitera la importancia de cuidar el medio ambiente, al mismo tiempo que destaca una y otra vez un supuesto compromiso con la recuperación del espacio público.
Sin embargo, la incapacidad del macrismo para cumplir con aquella promesa de 10 kilómetros de subte por año la que incluso le costó un nuevo endeudamiento a la Ciudad, llevó a la alcaldía porteña a diseñar el premio consuelo, llamado Metrobus y que no es otra cosa que carriles exclusivos para colectivos. Para mostrar acción, se avanzó sobre el espacio público y se aniquiló el paisaje de la Avenida 9 de Julio, una de las más características del distrito y que dejará de lucir tal como estaba.
"Además del dinero es un desastre desde el punto de vista ambiental, van a eliminar 300 árboles de los cuales la mitad van a parar a otro lado. Los que se van a transplantar, no van a estar ahí. La ciudad tiene graves problemas de escasez de espacios verdes, no hay árboles, sólo los hay en avenidas, por lo cual es una barbaridad sacarlos de la avenida. Los pueden llevar a otro lado, pero los sacan de la 9 de Julio, el problema no es la vida del árbol sino que cumple una función en donde está", agregó Camps.
"Va a quedar horrible, la 9 de Julio va a parecer la Panamericana, ellos dicen que van a plantear 500 árboles, pero que van a crecer en 20 años", continuó.
"Permanentemente están haciendo negocios con los fondos públicos, no se hacen obras de mantenimiento, se hacen siempre obras nuevas que se tienen que pagar e inaugurar, es producto de la mentalidad enfermiza de esta gente respecto de los espacios verdes y públicos y de los negocios que hacen con empresas privadas y acá se equivocan", continuó.
La obra corre el riesgo de ser frenada por un amparo se presentó ante la Justicia; también se reclama que se recomponga el ambiente dañado. El responsable del mismo es el ex legislador porteño Facundo Di Filippo. El expediente será llevado adelante por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad N° 14, a cargo del juez Guillermo Scheibler.
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