Se trata de dos pilotos, un civil y un mecánico aeronáutico acusados de haber participado del vuelo desde el que se arrojó al mar a las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo.
Es el tercer juicio por crímenes de lesa humanidad ocurridos en la ESMA durante la última dictadura y negaron su participación en los hechos.
Los prefectos retirados y pilotos de instrucción Alejandro D’Agostino y Enrique Saint George; el abogado Gonzalo Torres de Tolosa, imputado de pertenecer al grupo de tareas de la ESMA; y el mecánico Rubén Ormella fueron los primeros cuatro en comparecer ante el Tribunal Oral Federal 5.
Los cuatro que declararon ayer forman parte del grupo de siete acusados por arrojar prisioneros vivos al mar y el Rio de la Plata y que son juzgados por primera vez, a 35 años de esos hechos.
“Soy inocente, jamás vi trasladar a nadie en aviones de la Prefectura”, declaró D’Agostino, en la misma línea de su par Saint George, quien afirmó “jamas he participado en vuelos que fueran trasladados detenidos para ser arrojados al mar abierto o al rio".
Según las planillas de vuelos de aviones Skyvan entregados por la Prefectura a la justicia tres décadas después, ambos habrían sido los pilotos del vuelo del 14 de diciembre de 1977 en que fue arrojado el llamado “grupo de la Santa Cruz”, secuestrado seis días antes en esa iglesia porteña.
Entre las doce victimas estaban dos monjas francesas y un grupo de activistas de derechos humanos "marcado" por Alfredo Astiz, infiltrado en el grupo.
Torres de Tolosa es uno de los dos civiles imputados en este tercer juicio por la ESMA junto a 65 ex militares e integrantes de fuerzas de seguridad, y habría participado como tripulante de ese vuelo.
En su declaración indagatoria ante el juez de instrucción Sergio Torres, leida ayer luego de que se negara a declarar ante el tribunal, admitió que comía a diario en el Casino de oficiales de la ESMA con el jefe del inteligencia del grupo de tareas, Jorge “El Tigre” Acosta.
Justificó esa concurrencia diaria “después de tribunales”, donde era secretario de un juzgado, y hasta después del Munidal 78, en que “allí se comía muy bien”, y porque era amigo personal de Acosta, quien gestionó su ingreso a la Cancillería.
Ormello aseguró ser inocente y ajeno a los hechos ya que como cabo egresado de la ESMA solo tenía calificación como mecánico de tierra de aviones DC3, y aunque admitió haber realizado vuelos de instrucción nocturnos dio su “palabra de honor” de ser inocente del delito que se le imputa.
“Yo ingresé a la ESMA para completar mi secundario y en los años 76-77 estaba en la base aeronaval de Ezeiza. Luego, en el 80, pedí la baja e ingresé a Aerolíneas”, donde trabajó hasta su detención hace dos años.
La investigación por los vuelos de la muerte se inició luego de la declaración del capitán Adolfo Scilingo, quien admitió su participación en un vuelo de la muerte y por lo cual cumple condena a perpetuidad.
¡¡¡MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario