Moyano no descarta la unidad de la CGT

El jefe de la CGT virtual coincidió con el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, sobre la posibilidad de que vuelva a unificarse la central obrera. Afirmó que es "posible" que mantenga un encuentro con Antonio Caló.

 

Tras las señales que desde la CGT Alsina dieron en los últimos días sobre la posibilidad de una reunificación de la central obrera, Moyano recogió el guante y admitió esa posibilidad. Aunque puso algunos reparos y dijo que la cuestión "no es tan sencilla".

 

El dirigente camionero aseguró que no tiene "ningún problema" en sentarse a dialogar con la CGT de Antonio Caló "si es que se ponen del lado del trabajador". "Es cuestión de tiempo, hay que discutirlo, siempre es posible que ocurra", agregó.

 

En declaraciones a radio Brisas, Moyano sostuvo que si el sector de Caló "está dispuesto a decir que se ponen del lado del trabajador y terminamos con está perdida de tiempo, con este verso de postergar, si están dispuestos a terminar eso no hay ningún problema" puede ocurrir la reunificación.

 

Tras el paro del último martes, desde el sector que conduce el metalúrgico Antonio Caló enviaron algunas señales de acercamiento. Además de destacar que los reclamos era "justos y legítimos", no descartaron volver a unificar a la CGT.

 

De todas formas, Moyano insistió con las críticas hacia el Gobierno y acusó a la presidente Cristina Kirchner de "no escuchar los reclamos". Y consideró que "no puede ser que los problemas de la economía los paguen los trabajadores".

 

Más temprano, Gerardo Martínez, titular de la UOCRA y uno de los dirigentes más importantes de la central conducida por Caló, expresó: "Yo particularmente sigo pensando que este momento es transitorio y dentro de muy poco tiempo vamos a estar juntos". Martínez destacó que había una agenda de trabajo en común antes de la fractura, pero rechazó las aspiraciones políticas de Moyano y habló de diferencias con el líder camionero en cuanto a "posturas tácticas".

 

Lo que Moyano debería descartar, es su costumbre de utilizar a los trabajadores a los que dice defender, para dirimir diferencias personales con la Presidenta de la Nación.