domingo, 4 de noviembre de 2012

Luz, cámara y poca gestión con el archivo del Museo del Cine porteño

La institución, clave en la formación y difusión del cine argentino, tiene destinada un piso para biblioteca que no puede usarse por cuestiones edilicias. Ahora en ese lugar quieren instalar el archivo de una fundación privada.
 
Los trabajadores del Museo del Cine "Pablo Ducrós Hicken" denuncian que el Estado porteño no designa un espacio adecuado para el almacenamiento y resguardo de la biblioteca y el centro de documentación.
 
En una carta dirigida a diferentes personalidades de la cultura, indicaron que esa institución "viene luchando por tener una sede definitiva. Mugrizio Macri, junto al ministro de Cultura, Hernán Lombardi, inauguraron en agosto de 2011, sólo la planta baja del edificio de Agustín R. Caffarena 49, anunciando que sería la sede definitiva del Museo". Allí, hoy sólo funciona el área de exhibición permanente y temporales.
 
En una segunda etapa, otras áreas de atención al público debían instalarse en la planta alta del mismo edificio y en una tercera fase, se construirían los depósitos patrimoniales y las áreas de trabajo de documentación, conservación y restauración en un edificio aledaño.
 
Sin embargo, nada de esto sucedió. "Las autoridades del gobierno alegaron que el techo de bovedilla, con pisos de madera, no soportaría el peso de la biblioteca y tampoco hicieron las refacciones necesarias por las filtraciones en los techos", informaron los trabajadores del museo. Así, la prometida segunda etapa nunca llegó y la mudanza del resto de las áreas públicas jamás se realizó.
 
Hoy la biblioteca y el centro de documentación están en Salmún Feijóo 555, 2º piso, un mobiliario alquilado al Correo Argentino con inadecuadas condiciones de almacenamiento. Allí, "el 90% sigue almacenado en cajas, simplemente porque no tenemos muebles donde ponerlas".
 
Pero según los trabajadores, lo más grave es que "en las últimas semanas, solapadamente, sin comunicación oficial, el gobierno dio señales inequívocas de su decisión de otorgar la planta alta de Caffarena 49 a la fundación privada Espigas, dedicada a reunir y resguardar documentación referida al arte argentino en el país y en el exterior".
 
Hasta el momento nadie explicó "cuál es la razón por la que la biblioteca de la fundación privada sí puede establecerse en ese primer piso, que no soporta el peso de la biblioteca del museo", puntualizaron los trabajadores.
 
Espigas, tanto como su comisión directiva, cuentan con medios económicos para acceder a una sede sin necesidad de que el Estado porteño se la provea. Y mucho menos, si eso actúa en detrimento del patrimonio público. Mauro Herlitzka, presidente de Espigas, también es vicepresidente del MALBA-Fundación Constantini; Teresa Aguirre Lanari de Bulgheroni es la vicepresidente y también ha sido presidente de la fundación Teatro Colón.
 
Cuando los trabajadores realizaron la denuncia ante el director general de Museos, Pedro Aparicio, el funcionario dijo "no tener noticias de la mudanza de la fundación y que tampoco tiene juridicción sobre el edificio". Integrantes de Espigas ya visitaron el edificio de Caffarena 49, (donde funcionó la fundación Julio Bocca hasta que el bailarín se mudó a Uruguay) y anuncian en su web una próxima mudanza.
 
El museo tiene 46 empleados, seis están abocados en Caffarena y el resto trabaja en Salmún Feijóo, "abandonados de la mano de Dios y de Macri".
 
Macri no le da bola a temas centrales como la educación y a la salud... ¿No será demasiado pretender que le de bola a cuestiones tan banales como la cultura? 

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