Los caceroleros planifican una nueva marcha, pero aún no logran consensuar un reclamo común. Los organizadores afirmaron que "el Gobierno es una dictadura", defendieron escraches a funcionarios y dicen que "en los ´70 se vivió una guerra”.
Los caceroleros que participaron el pasado 13 de septiembre en la masiva manifestación en contra del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner planean una nueva marcha, esta vez al Obelisco, en la que esperan juntar un millón de personas.
Con consignas tan diversas como amplias (desde "basta de adoctrinamiento a nuestros hijos" hasta "por una mejor educación"), los organizadores de la convocatoria en Facebook aseguran no tener un líder (aunque algunos admitieron su pertenencia partidaria) pero la mayoría reconoció su preferencia por Mugrizio Macri como candidato opositor al kirchnerismo en 2015.
Entre las agrupaciones que convocan a la manifestación se encuentra el grupo “La democracia en peligro, digamos basta por favor”. Su creador, Juan Manuel Cheddad, es concejal por el radicalismo en General Arenales y en diálogo con INFONews señaló que "en gran parte este Gobierno es una dictadura" y agregó que “una democracia funciona cuando se tiene libertad“. “La libertad no es libertinaje, el libertinaje afecta a la democracia", opinó.
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| José Manuel Cheddad |
Sin embargo, Cheddad -quien se define como "admirador del doctor Alfonsín"-, dijo no estar a favor de que Cristina Kirchner renuncie a su cargo, una de las consignas utilizados la última vez por los caceroleros: “No soy partidario de que un gobierno deba renunciar o irse. Debe terminar su mandato que el pueblo le otorgó”. También opinó que Mugrizio Macri es "el mejor candidato de la oposición" para enfrentar al candidato kirchnerista en las elecciones presidenciales de 2015. "Aunque eso no quiere decir que esté de acuerdo”, aclaró.
El concejal se manifestó a favor de los escraches a funcionarios en su casa porque "no hay nada peor para ellos que ser escrachados allí" y argumentó que "lo que dicen es un agravio para la sociedad".
También lanzó un concepto polémico sobre la inseguridad: "Ya lleva más muertos que la dictadura”. Sobre este último punto, afirmó estar "en contra de cualquier régimen militar", aunque señaló que "hubo una suerte de guerra entre militares y montoneros, en la que también murieron militares y de eso no se habla".
Desde la agrupación "La Yrigoyen", autodenominada "radical", sostienen que el gobierno de Cristina Kirchner "es una dictadura que llegó con las urnas" y que no hay división de poderes sino "una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya (a la Presidenta)". También argumentan que es una dictadura porque "es imposible que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder".
Sin embargo, aseguraron que su deseo es que la Presidenta concluya su mandato: "Una crisis con cambios de presidentes a cada rato es malo para la nación. Debemos esperar a que termine su mandato. Además, un 54% de los que votaron (y no de la población) la eligieron, y la voluntad popular debe respetarse". "Del mismo modo, aspiramos a que ella nos respete como pueblo. Nosotros somos sus empleadores", agregaron.
Desde la Yrigoyen prefieren no apresurarse a lanzar un nombre para 2015 y prefieren concentrarse en las próximas legislativas, en las que se deberá "construir una alternativa de gobierno sólida". En ese sentido, precisó: "Hay fuerzas como el Partido Socialista que históricamente han trabajado con el radicalismo, por lo que un frente común no es descabellado".
En tanto, consideraron que los escraches a funcionarios no son la mejor metodología de protesta: "No es bueno para la sociedad y la democracia marcar a la gente, porque es una involución a la época del Proceso".
Como venimos sosteniendo desde hace semanas, por suerte, en este país gobiernan los que más votos sacan y no los que más cacerolazos organizan.
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