Desalentadas las operaciones de los últimos tiempos para esmerilar al gobierno nacional, ahora los dos diarios opositores buscan oxígeno en la interna.
Los dos grandes diarios opositores pousieron ayer en sus tapas la puja en la provincia de Buenos Aires intentando ahora atacar al gobierno nacional desde una interna, como la bonaerense, que es archiconocida por la sociedad.
Salvo aquellos a los que su memoria les da sólo para memorizar por 20 minutos un zócalo, el forcejeo entre Cristina y Daniel Scioli no es nuevo, como tampoco que Gabriel Marioto llegó a ocupar la vicegobernación en el marco de un acuerdo donde la presidenta impuso muchas candidaturas y condiciones puesto que es quine lidera de manera indiscutible y con un caudal de votos fabuloso el actual proceso político.
Que la interna en la provincia sea, entonces, algo viejo pero que Clarín y La Nazion la quieran mostrar como "noticia", como algo "nuevo", es lo que explica el drenaje de credibilidad que pedecen y que día a día no hace más que incrementarse.
Es que no se les observa un fin periodístico sino la utilización periodismo como una coartada para objetivos políticos. Por acá hay que empezar cualquier análisis para entender la lógica de las empresas de medios que se oponen al gobierno de Cristina Fernnández de Kirchner.
El pasquín envuelve huevos tituló "Scioli admitió que quiere ser presidente en 2015", mientras que La Nazion destaca "Scioli dice que en 2015 quiere ser presidente y crece la pelea".
Leyendo ambos titulares, uno se pregunta dónde está lo nuevo ¿Acaso alguien no sabía que Daniel Scioli tenía serias aspiraciones presidenciales? El único dato más o menos novedoso que ofrecen ambos diarios es el reconocimiento del gobernador de la provincia de que si hubiera reforma constitucional y la presidenta se presentara a la reelección él la acompañaría.
Decimos "más o menos novedoso" ya que en realidad esta información es vieja pero quizá no había tenido fuerte difusión masiva como la que tendrá a partir de hoy. Por cierto, esa definición de Scioli es otro trago muy pero muy amargo para quienes fabulan con que podría llegar a cometer el dislate de enfrentar nada menos que a Cristina.
Si algo hay que tener en claro para analizar el eje profundo de estos fuegos de artificio del FPV en la principal provincia del país es que Cristina Fernández de Kirchner está dispuesta a muchas cosas menos a quedar entrampada en esa imagen de debilidad extrema del "pato rengo", propia de los presidentes que no pueden renovar su mandato y por ende quedan dibujados en el poder mientras la política busca por afuera la sucesión.
En las características específicas del proceso político argentino de los últimos años, una presidencia débil equivale a un suicidio, por eso la primera mandataria jugará en el escenario de la ambigüedad sobre su reeleción o no hasta último momento, de modo de lograr con esa posibilidad el oxígeno político suficiente para mantenerse con vida, siendo además un jugador de peso en lo referido a su sucesión.
Por ello tensó tanto la cuerda en el armado de las listas, porque buscaba dos cosas: primero, tener las espaladas cubiertas en el parlamento, para no padecer fugas como las que sufrió luego de las elecciones de 2007 y segundo, para no quedar como una figura decorativa en casa Rosada mientras la maquinaria del peronismo se dedicaba a procesar su continuidad sin tenerla a ella presente.
Y es precisamente esa una de las cosas que más molesta a Clarín y a La Nazión: que la política se teja en la política y no en las oficinas de Magnetto o de Saguier. No se resignaron todavía a que Néstor primero y Cristina después, hagan y deshagan sin pedirles permiso.
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