Un grupo de 34 familias con numerosos niños, que vivían en un hotel familiar del barrio porteño de Constitución, fue desalojado por la policía ante una denuncia efectuada por los propietarios sobre una presunta ocupación ilegal.
La Policía Metropolitana desalojó "exhibiendo sus armas a los habitantes y clausuró el hotel", dijo a Télam el abogado de las familias, Erik López Murand y añadió que la orden judicial "no decía desalojo sino registro, allanamiento y restitución".
El letrado destacó, además, que de acuerdo a la orden del juzgado "debían estar presentes al momento del allanamiento, ambulancias del Same y personal de la Secretaría de la Niñez y Adolescencia de la ciudad".
Luego de más de tres horas de ocurrido el desalojo, personal del programa Buenos Aires Presente (BAP) se acercó al lugar, situado en avenida Brasil, entre Combate de los Pozos y Entre Ríos, para conocer la situación y ofrecer paradores y albergues a los vecinos.
En tanto, grupos de jovenes, mujeres y niños, cortaron el tránsito sobre la avenida Entre Ríos en forma total y prendieron fuego a bolsas de basura y otros elementos, lo que genera una gran humareda en toda la zona.
López Murand aseguró que los inquilinos abonaban sus piezas en forma regular "hasta hace un mes y medio cuando la encargada despareció con la caja registradora al no poder dar respuesta sobre los recibos que les daba, los cuales no coincidían con la dirección y el nombre del hotel".
"Al escapar la encargada los vecinos no tenían a quien pagarle", destacó el abogado y añadió que "en la orden judicial no dice que la Policía debía efectuar un desalojo sino un registro, allanamiento y restitución".
Por su parte, Gabriela Vega, abogada de los propietarios, aseguró que "un grupo de personas ingresó hace tres meses al hotel y echó a la encargada, a los inquilinos que estaban y usurparon las habitaciones".
La letrada dijo que no efectuaron la denunia en ese momento "porque queríamos estudiar la situación" y agregó que "la restitución significa desalojo".
Pasadas las 19.30, numerosas vecinos continuaban cortando la avenida Entre Ríos en su intersección con Brasil y una autobomba de los bomberos se aprestaba a apagar la fogata iniciada en medio de la calle.
Alguien debería explicarle a los responsables del Gobierno porteño, que es al revés: primero debió haber llegado el personal del programa Buenos Aires Presente y recién después la Metropilitana debió haber iniciado su tarea, de acuerdo a lo establecido en la orden judicial.
Pero claro; pedirle a Macri que haga algo bien es como pedirle a Carrió que se deje de hablar boludeces.
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