Christian Sanz y Alejandro Sánchez Kalbermatten sostuvieron falsas hipótesis sobre el caso Julio López y el supuesto destino de sus restos. El periodista llegó a afirmar sin pudor que Marita Verón ejercía la prostitución.
La dupla Christian Sanz-Alejandro Sánchez Kalbermatten tiene amplios antecedentes en materia de denuncias de alto impacto mediático. Uno desde su página de Internet denominada Tribuna de Periodistas y el otro desde los pasillos de Comodoro Py.
Ambos quedaron inmersos en un turbio episodio cuando Sánchez Kalbermatten aseguró representar a un testigo “protegido” que conocía la ubicación del cuerpo del albañil Jorge Julio López. El abogado condujo un despliegue mediático y de fuerzas de seguridad que durante varias jornadas exploraron el Parque Pereyra Iraola en busca de los restos del testigo desaparecido, cuyo testimonio fue clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz.
La búsqueda resultó infructuosa y el hijo de López embistió duramente contra el letrado por haberlos conducido hacia una pista falsa. Sanz por su parte, fue más allá y postuló la teoría de que el albañil se “autosecuestró” con ayuda de sus familiares y de la Secretaría de Inteligencia del Estado por orden del gobierno, pero en el operativo falleció.
Sánchez Kalbermatten históricamente le apuntó al kirchnerismo en sus denuncias. Así acusó al ex presidente Néstor Kirchner por supuesta “coacción” mientras el Congreso trataba la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y le achacó “hostigamiento” contra el Grupo Clarín.
Sánchez Kalbermatten históricamente le apuntó al kirchnerismo en sus denuncias. Así acusó al ex presidente Néstor Kirchner por supuesta “coacción” mientras el Congreso trataba la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y le achacó “hostigamiento” contra el Grupo Clarín.
En 2009, en plena crisis por la gripe A, también acusó a Kirchner y a la presidenta Cristina Fernández, por no suspender las elecciones de octubre, tal como lo había aconsejado la ex ministra de Salud Graciela Ocaña.
En agosto de 2008, denunció a la Comisión Directiva del Club River Plate, por entonces encabezada por José María Aguilar, por “abandono de persona” del futbolista Ariel Ortega, quien atravesaba un momento personal complicado.
También estuvo vinculado a una empresa contratista de la AFA y representó a uno de los implicados en la causa por la mafia de los medicamentos, el empresario farmacéutico que estuvo procesado y detenido, Gabriel Brito.
Casualmente es quien también aparece en la causa Ciccone-Boldt como quien denunció por el traslado de insumos para la impresión de billetes a Katya Daura, titular de la Casa de la Moneda.
El denunciante crónico, que en ese caso actuó como apoderado de Sanz para ratificar el escrito que derivó en la imputación de Boudou y de su entorno, estuvo acusado de haber entregado cheques sustraídos y falsificados. Sánchez Kalbermat ten fue defendido en esa causa por otro denunciante habitual de miembros del gobierno: Enrique Piragini, quien fue socio político del filonazi Alejandro Biondini.
Desde la página web, el estudio de abogados ASK asegura que la premisa que los caracteriza es “Nada es imposible”. Allí, el mediático abogado atesora sus fotos junto a deportistas y personajes famosos. Entre otros, sonríen a cámara abrazados a Kalbermatten Carlos Bianchi, el Pato Abbondanzieri, Sergio Goycochea, Ubaldo Fillol, Roberto Ayala, la Tigresa Acuña y Daniel Passarella. Se destacan también una foto con el ex presidente Carlos Menem y el ex titular de Vélez, Raúl Gámez. Figuran entre sus “distinciones” un saludo del carapintada Mohamed Alí Seineldín. “Lo saluda desde este bastión de resistencia y de lucha por la patria”, dice el texto que el coronel le envió al abogado. Entre sus destacados, está la carta que le dedica al fallecido periodista Bernardo Neustadt, a quien le adjudica su inspiración para “combatir la corrupción”.
Sanz y su denuncia: “Como ciudadano preocupado por la fragilidad de las instituciones, como también por la circunstancia disvaliosa de que se conozca a nuestro país como ‘El reino de la impunidad y corrupción’, estoy dispuesto a continuar la misma ante los estrados internacionales” (sic), advirtió dramáticamente Sanz en el cuerpo de la denuncia contra Boudou que no se presentó a ratificar. Allí sentó las bases para recurrir a la Cámara de Casación, en caso de que el expediente no prospere, o incluso acudir a la Corte Suprema de Justicia, o hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Más abajo exhortó a juristas, periodistas, jueces y ciudadanos a “sumarse en apoyo a esa denuncia contra un funcionario inescrupuloso que se enriquece ilícitamente a costa de todos los argentinos, generando por cierto una violencia inusitada”.
Autoproclamado “periodista independiente”, Sanz publica material también en el portal de informaciones vinculado a los servicios de inteligencia, Seprin, y es un abonado a las teorías conspirativas, a pesar de que varias de las que plasma por escrito son señaladas con frecuencia como plagio.
“Ya casi no quedan argumentos para sostener la existencia de la (nunca vista) Traffic-Bomba y las pruebas contra Irán parecen no querer asomar por ningún lado”, esbozó su particular teoría sobre el atentado a la AMIA.
En otra nota publicada en su portal impulsó la idea, luego desmentida desde el gobierno nacional, que la entonces primera dama Cristina Fernández tenía un título “trucho” de abogada y ponía en duda que se hubiera recibido.
“Marita Verón ejercía la prostitución aun antes de desaparecer de la faz de la Tierra. Es probable que la lucha de (Susana) Trimarco no hubiera tenido el peso que tuvo si se hubiera revelado el detalle de que su hija trabajaba la calle”, escribió sin pudor Sanz.
En 2007 hablaba de “fraude” del gobierno K y vinculaba la muerte de Carlos Menem Jr con un ajuste de cuentas de la CIA.
Sanz, por lo visto, tiene una teoría para casi todo.
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