La mujer que acompañó y asistió a Legrand durante 21 años en sus almuerzos, denunció a la diva por haber trabajado gran parte de ese tiempo en negro. El monto de la indemnización alcanzaría los 800 mil pesos.
Lina Rosa Díaz, la empleada que día tras día aparecía en los almuerzos de Mirtha Legrand para atender a la diva y a los invitados, servir la comida y tal vez para acomodar los rosas rococó sobre la glamourosa mesa, denunció a la diva ante la AFIP por haber trabajado en negro gran parte de los 21 años de actividad junto a su ex patrona.
La empleada, que se mostraba en la televisión con un arreglado uniforme y una sonrisa amable, recurrió a la Justicia para reclamar entre 700 y 800 mil pesos adeudados entre aportes jubilatorios, vacaciones impagas y aguinaldos, según informó su abogado, Hugo Icazati.
“Me cansé de esperar”, dijo Lina y relató que hace tiempo empezó a tener conversaciones con Elvira, la mano derecha de Mirtha, sobre el tema, pero que ella fue “indiferente”. “Nunca hablé de cifras con ella (por Mirtha), la que se encargaba era Elvira”, explicó. Sin embargo, todo fue inútil. “Me di cuenta de que no había nada”, dijo.
Así fue que decidió hacer la denuncia ante la justicia y ante la AFIP. “Me decían que no me iban a hacer caso”, pero “me animé a venir a un abogado. Primero tuve miedo, pero los abogados me explicaron cuáles eran mis derechos y sentí que tenía que reclamar”.
El abogado Icazati explicó que las presentarán como pruebas los videos, las fotos, que acreditan que su clienta efectivamente trabajó al lado de Mirtha Legrand. “La ayudaba a vestirse, cocinaba, la asistía”, describió, al tiempo que aseguró que “no es muy difícil” ganar el caso debido a los numerosos documentos que acreditan que existía una relación de dependencia.
“Trabajaba domingos, feriados, sin pago extra, enferma. Fui muchas veces a trabajar enferma, tanto en la televisión como en la casa. Ella decía que no hay que enfermarse, que si ella no se enfermaba cómo los demás se enfermaban”, explicó la ex empleada de Legrand.
“Me cansé del papel de estúpida”, sintetizó Díaz y continuó: “Como toda persona, uno tiene sus derechos, y los patrones tienen sus obligaciones”. “¿Qué voy a hacer? ¿Me voy a encadenar en una plaza? No. Tengo que pedir lo que me corresponde. Estoy diciendo la verdad”, concluyó.
Queremos ser justos con la casi centenaria ex diva y creemos que hay que entenderla. De tanto preocuparse por si el cadáver de Néstor estaba adentro del cajón, a la pobre se le pasó el hecho de que la tenía a la empleada "floja de papeles".
¡¡¡Carajo, mierda!!!
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