Macri no tiene muchas convicciones. Tras asegurar que sus diputados no votarían la recuperación de YPF, se enteró mediante encuestas del apoyo popular a la medida y ahora dice que si en 2015 accediera a la presidencia, la mantendría estatal.
Macri se apuró. En su afán de construir su imagen como opositor al kirchnerismo, quedó en ridículo. Un día después de que la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, anunciara la recuperación de la empresa petrolera nacional, YPF, el Jefe de Gobierno porteño ofreció una de sus peores conferencias de prensa desde que está en el Ejecutivo y se opuso con vehemencia a medida.
Con el paso de las horas, no sin cuestionamientos, la mayoría de las fuerzas políticas apoyó el cambio estructural que implica la recuperación del manejo de uno de los recursos naturales más importantes; el petróleo. Los Radicales, tras una discusión interna, votarán a favor de la recuperación en el Congreso Nacional, al igual que los Socialistas, Proyecto Sur y algunos legisladores del Peronismo Federal.
En la jornada de ayer, hasta Hugo Biolcati, titular de la Sociedad Rural Argentina, entidad enfrentada con el kirchnerismo desde su llegada al Gobierno, apoyó la conducción estatal de YPF.
El hijo bobo de Franco Macri quedó en soledad, sin embargo, no fue esto lo que lo llevó a decir que en 2015, ante una hipotética llegada a la presidencia, mantendría una gestión estatal de la petrolera. Fueron las encuestas.
El apoyo de la sociedad a la medida fue contundente; Consultora eQuis publicó una encuesta en la que el 75.9% de los habitantes de la Ciudad y el Conurbano Bonaerense estaban de acuerdo con la recuperación de YPF. Macri, quien manejó encuestas similares, debió analizar que priorizaba; su oposición al Gobierno Nacional, o la simpatía de la mayoría de la población.
En una nota que dio a Radio La Red, señaló: "Si ya se ha hecho el daño de romper con un compromiso que se asumió en el '92 por los mismos que lo habían asumido, en el 2015 volver a cambiar no sería bueno. El daño ya se hizo. Lo que habría que hacer es seguir con este esquema 51-49 haciéndolo bien".
Ahora Mugrizio levanta el pie del acelerador de ceguera opositora y reflexiona sobre su postura, no en base a convicciones, sino a encuestas que le demostraron que estaba solo y que su conferencia de prensa fue apresurada, desmedida y míope.
En resumen, tras observar encuestas, "conejo negro" quedó en su propio laberinto; casi los únicos que se oponen a la nacionalización de YPF son los españoles. La evidencia sobre qué intereses representó cuando ofreció su primera conferencia de prensa fue lapidaria.
Además, la imagen del jefe de Gobierno porteño junto a José María Aznar, ex mandatario español y jefe político del Primer Ministro español, Mariano Rajoy, está aún muy fresca en la retina de los argentinos. Sus vínculos con la derecha española, encarnada por el Partido Popular, están expuestos ante la vista de todos.
Así es el Jefe de Gobierno de la Ciudad. Su objetivo no es la gestión de Buenos Aires y por eso, entre otras cosas, rechaza el Subte; su horizonte es el posicionamiento opositor de cara a 2015. Juega a hacer política; se divierte con la confrontación, aunque manifiesta que quiere diálogo, algo que en definitiva nunca promueve.
La Ciudad está acéfala, Macri prefiere vacaciones a gestionar y cuando trabaja, sólo lo hace para posicionarse como presidenciable de cara a 2015.
No es sólo YPF, su actuar va detrás de las acciones de Cristina Kirchner, para decir que no, para rechazarlas, para oponerse y para evitar gobernar, algo que, es evidente, le cuesta realizar.
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