Las reuniones de Julio De Vido con el canciller, el ministro de Energía de Brasil y las autoridades de Petrobas fue el mejor cierre para una semana histórica.
La declaración del ministro de Minas y Energía de Brasil, Edison Lobao, referida a que su país incrementará las inversiones a partir de los cambios operados en YPF es la mejor respuesta que Argentina puede exhibir al término de una semana febril donde a los anuncios sobre la expropiación de la petrolera y el buen pasaje del proyecto por el senado se sumó una verdadera ola de amenazas previsibles por parte de España y sus aliados.
Mientras ayer se conocieron editoriales de un nivel de crispación notable, como la de The Wall Street Journal y hasta se conocieron notas en diarios ingleses tratando a nuestro país de “pirata”, el gobierno argentino respondió con gestión, enviando nada menos que a su ministro de Planificación a reunirse con las autoridades brasileñas y cosechando este compromiso del país hermano que, siendo la sexta potencia económica del mundo y en pleno ascenso, ratifica la vigencia de la alianza estratégica que ambas naciones tienen entre sí.
La semana concluye, entonces, con una colección de declaraciones altisonantes de funcionarios y organismos internacionales que amenazan de palabra a nuestro país y lo que sigue de ahora en más será una cotidianeidad que encontrará al gobierno español ejecutando políticas de ajuste contra su pueblo, al que tanto dice defender, y a un basto abanico de empresas de todas partes del mundo haciendo cola para sentarse a hacer negocios con la nueva YPF.
Se acallarán las voces que en lo formal se solidarizan con España y este país empezará a asumir que si hay un responsable principal en la generación de las condiciones que provocaron la expropiación, habrá que buscarlo en la mismísima Repsol.
En efecto, culmina una gran semana. Una semana en la que muchos volvimos a llorar por YPF. Pero esta vez, de alegría, de emoción y de orgullo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario