Oscar Aguad puede liderar una rebelión en el bloque que expresará, en definitiva, una solución por derecha a las desventuras de la UCR.
Para muchos radicales, el cordobés Oscar Aguad es directamente un infiltrado de la ultraderecha en el partido. El hecho es que el ex candidato a gobernador está jugando fuertísimo a un acuerdo con el PRO y en el marco de esa estrategia aparece dispuesto a utilizar el tratamiento de la expropiación de YPF para marcar su posicionamiento.
Algunos trascendidos indican que un grupo de diputados liderados por él se ausentarían del recinto cuando el miércoles próximo la Cámara de Diputados trate la expropiación de YPF. En política, lo que está sucediendo es que la UCR está seriamente tensionada desde el centro a la derecha y sus banderas históricas parecen hoy sólo un recuerdo de viejas épocas. Cualquier correligionario que hoy levante el pensamiento de Moisés Lebensohn muy probablemente será visto como alguien que está practicando "entrismo" desde alguna fuerza de izquierda.
Los planteos de Aguad, a la postre, están en sintonía con los lineamientos que viene desplegando la UCR en los últimos años. Este partido que se opuso a la 125 y a la ley de medios, que crujió a la hora de votar el matrimonio igualitario y que formalizó alianzas electorales como la de la provincia de Buenos Aires con la derecha de Francisco De Narcováez, evidentemente está más cerca de las posiciones de Aguad que de cualquier otro sector.
El cordobés aparece ofreciendo la decantación obvia, el desenlace natural del radicalismo, que no es otra cosa que poner su estructura territorial a disposición del macrismo, que aporta política y candidato rimbombante.
La pregunta es si esta "solución por derecha" que alienta Aguad es extraña al partido centenario o, si en rigor, se inscribe en su ADN.
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