El periodista volvió a atacar al gobierno y también los culpó de su pase al Grupo Clarín. Sobre el conflicto por las Malvinas optó por victimizar a los kelpers. "Nos detestan", aseguró.
Jorge Lanata volvió a la carga. El periodista, ahora estrella del Grupo Clarín, volvió a defenestrar al gobierno, defendió los intereses del multimedio más grande de Argentina, se puso del lado de los kelpers y acusó a quienes lo critican de ser "fanáticos" y "militantes" que fueron manipulados "por el aparato de propaganda oficial".
"Es un momento particular del país (...) antes en general los gobiernos gastaban de más y lo pagaba el siguiente, pero este gobierno va a tener que pagar la cuenta", dijo el panqueque.
Lanata también hizo referencia al reclamo de Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas ante Gran Bretaña. Al respecto dijo que los isleños viven el reclamo del país como una invasión. "Nos detestan", aseguró.
El periodista, que este año tendrá un programa en radio Mitre y trabajará en Canal 13, también culpó al gobierno de su pase al Grupo Clarín. "Han habido posiciones del gobierno que acercaron mi posición con las posiciones de Clarín. Hay cada vez menos medios donde trabajar de forma independiente, están cooptados por el aparato estatal", dijo y agregó que: "se dio la oportunidad de trabajar acá. Voy a hacer lo que hago siempre".
Lanata también hizo referencia a quienes lo critican en la vía pública. Según él, es algo que le ocurre desde hace pocos años, mas precisamente desde que gobierna el kirchnerismo. "Nunca en treinta años me bardearon, esto pasa desde hace más o menos cinco años (...) Hay gente manipulable que escucha el aparato de propaganda oficial y responde a eso", opinó.
También hizo oidos sordos al contenido de las criticas que se le realizan y a quienes no acuerdan con él y se lo manifiestan en público. Los calificó como "fanáticos" y "militantes".
No sabemos si somos fanáticos, militantes o manipulables. Lo que sí sabemos a ciencia cierta, es que no somos traidoress a nuestros principios y que jamás venderíamos nuestras convicciones para transformarnos en lacayos de Magnetto.
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