El vicepresidente, Amado Boudou, dijo ayer que el Gobierno investiga la "distorsión de precios" por parte de petroleras, como lo hizo en otros ámbitos, porque "se pone del lado de la gente".
"El Gobierno siempre que hay abusos de pone del lado de la gente", afirmó Boudou tras participar de la séptima reunión del Foro sobre Administración Tributaria de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), organizada por la AFIP.
En diálogo con la prensa en el Hotel Intercontinental, el funcionario señaló que el Gobierno "se pone del lado de la gente, ya lo demostramos con la ley de medios, con el papel de diarios y ahora con los combustible, donde hay distorsión de precios".
El lunes, el Gobierno informó que se elevó a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) una denuncia de las ocho cámaras de transporte de pasajeros y de carga, por presunto abuso de posición dominante en el mercado de combustibles por parte de cinco empresas.
De esta maniobra serían parte Repsol-YPF, Esso, Shell, Petrobras y Oil Combustibles, "con sobreprecios por 3.500 millones de pesos anuales", según señaló en esa ocasión el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Esa es, precisamente, una de las claves para entender por qué este gobierno le produce tanto escozor a algunos. Estaban demasiado acostumbrados a que los gobernantes fueran meros gerentes de sus intereses corporativos y no soportan tener que lidiar con un gobierno nacional y popular que hace lo que tiene que hacer: ponerse del lado de la gente.
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