La diputada María José Lubertino fundamenta su propuesta en que hoy se distribuyen en los centros de salud, adonde los chicos no suelen asistir. El proyecto contempla a la escuela secundaria y a los dos últimos años de primaria.
La legisladora porteña María José Lubertino impulsa un proyecto para que los adolescentes puedan acceder a preservativos en forma gratuita y en condiciones de privacidad y confidencialidad en las escuelas de la Ciudad. La iniciativa establece que los profilácticos estén disponibles para los estudiantes secundarios y los alumnos de los dos últimos años del nivel primario, tanto en establecimientos públicos como privados. Junto a los condones recibirán
“un instructivo para su adecuado uso e información sobre prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual”.
"Si bien la Ley 418, de Salud Sexual y Procreación Responsable, estableció la gratuidad en la entrega de profilácticos, la distribución se encuentra en centros de salud y hospitales, y en general los adolescentes no se acercan a esos lugares”, señaló Lubertino.
Nuestros amigos de Página/12 consultaron a cuatro especialistas del ámbito de la educación y la salud de los adolescentes sobre esta iniciativa. En primer lugar, cuestionaron el retraso por parte del gobierno porteño en la implementación de la educación sexual integral en la mayoría de las aulas.
“En general, estoy muy de acuerdo con el proyecto, con una salvedad: debería agregarse que en todas las escuelas del nivel primario haya ‘un referente’ de la Ley de Educación Sexual Integral, capacitado a partir del postítulo en Educación Sexual del CEPA (Escuela de Capacitación Docente) o del Profesorado Joaquín V. González, que esté encargado de administrar los preservativos en un contexto de cuidado acorde con el nivel y con los derechos de todos los chicos y chicas que están en la escuela”, consideró Graciela Morgade, especialista en género, educación y sexualidades y secretaria académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
El proyecto, que será presentado en los próximos días en la Legislatura, busca favorecer la accesibilidad de los adolescentes a los preservativos en el ámbito escolar. “No se trata de repartirlos a mano alzada, sino que puedan ir a buscarlos, pero sin quedar expuestos. La mayoría de los centros de salud tienen cajitas de preservativos en las salas de espera y los adolescentes pueden tomarlos sin hacer ni siquiera una consulta. El problema es que no van”, explicó Lubertino.
Entre los fundamentos de la iniciativa, la legisladora menciona normativas locales y nacionales y también los resultados de la Encuesta Joven 2008, realizada por la Unidad de Coordinación de Políticas de Juventud (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social porteño), que apuntó a identificar las problemáticas, necesidades e inquietudes de los jóvenes en la ciudad. Sobre 600 casos de personas de ambos sexos de 15 a 29 años, el sondeo encontró que el 84 por ciento comenzó su vida sexual entre los 13 y los 18 años y que un 16 por ciento no usaba anticonceptivos en sus relaciones sexuales. "Con este proyecto se propone disminuir esta brecha”, destacó la legisladora.
El proyecto establece que “todas las escuelas de la ciudad de Buenos Aires tendrán provisión permanente de preservativos accesibles para los/las alumnos/as de los dos últimos años del nivel primario, nivel secundario, escuelas primarias para adultos, centros educativos de nivel primario y centros educativos de nivel secundario, en condiciones de gratuidad, respeto a su privacidad y confidencialidad”. Los preservativos, dice la iniciativa, “estarán accesibles junto a un instructivo para su adecuado uso e información sobre prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual”.
Para la tocoginecóloga de Hospital Durand, especialista en adolescentes, Alicia Figueroa, “está bien que haya disponibilidad de preservativos donde están los adolescentes. Ellos, y sobre todo los varones, no van a los centros de salud y menos a los hospitales", señaló. “No hay una cultura de que el adolescente necesite control médico. Así que no van a buscar preservativos donde podrían encontrarlos. Pero lo que falta es la educación sexual que les permita incorporar la idea del autocuidado y del cuidado del otro/a. Hoy hay una enorme erotización en la sociedad, que se mete en las casas por la televisión y que les llega a los chicos cuando todavía les falta mucha madurez. Por eso es tan importante que se implemente efectivamente la educación sexual integral como marca la ley y que vemos que no está”, apuntó Figueroa.
La tocoginecóloga Diana Galimberti, directora del Hospital Alvarez, objetó que la propuesta abarque a escuelas primarias. En ese nivel consideró que se debe trabajar fuertemente en educación sexual. “En la secundaria estoy de acuerdo”, indicó.
La tocoginecóloga Sandra Vázquez, coordinadora del Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich, también enfatizó en la necesidad de llevar la educación sexual integral a las aulas desde el nivel inicial, como marca la ley. “Estoy convencida de que el hecho de que los adolescentes no usen preservativos cuando tienen relaciones sexuales no está vinculado con la falta de acceso. La conciencia del cuidado del cuerpo se adquiere a partir de la educación sexual temprana”, señaló Vázquez, quien da talleres de educación sexual en cursos de séptimo grado de primaria y primer año del secundario.
Finalmente, Lubertino señaló que "el único problema que hemos tenido hasta ahora fue que los chicos, en un principio, malinterpretaron la iniciativa. En efecto, cuando se enteraron que el forro llegaba a la escuela, creyeron que se trataba de Ricardito Alfonsín, que iba a dar charlas sobre convicciones y principios".