Mientras pide la renuncia de Raúl Zaffaroni por el caso de los departamentos utilizados por prostitutas, el candidato radical apoyó electoralmente a Mauricio Macri, procesado por las escuchas e imputado judicialmente por los grupos de tareas de la ex UCEP.
El martes, el candidato presidencial de UDESO, Alfonsinito, había asegurado tener la versión de que Zaffaroni "habría renunciado"; luego dijo que "más allá de cómo se pueda tipificar el caso" que involucraba al juez de la Corte Suprema, "un magistrado de la Corte debe dar un paso al costado" cuando algún comportamiento puede "dañar la autoridad y prestigio de la justicia".
Ahora, el diputado nacional Ricardo Gil Lavedra salió a decir que el hijo bobo de Raùl Alfonsín "no pidió la renuncia de nadie. Él dijo que si estuviera en una situación similar a Zaffaroni renunciaría, pero él no pidió la renuncia de nadie. No hay delito en esta situación", aclaró el radical.
Que dije, que dijo, que no dije, que no dijo. Este parece ser el modus vivendi de Alfonsinito en particular y de los radicales en general. "Macri es mi límite", había dicho Ricardito un tiempo atrás para luego salir en defensa del reelegido jefe de gobierno porteño y, de paso, llamar a votarlo en primera vuelta, sacrificando a la propia candidata porteña de la UCR. "Yo no dije que era mi límite", salió a desdecirse entonces.
Sin embargo, lo interesante del caso es que, comparando una situación con la otra, el mancillador de apellido pidió la renuncia de Zaffaroni por una situación que no configura delito (como lo reconoció su correligionario Gil Lavedra) pero llamó a votar y a aplaudir a Mauricio Macri cuando está procesado por las escuchas telefónicas e imputado por crear grupos de tareas (ex UCEP) para agredir población porteña en situación de calle.
Las extrañas varas de Ricardito para medir a unos y a otros.
Ahora, el diputado nacional Ricardo Gil Lavedra salió a decir que el hijo bobo de Raùl Alfonsín "no pidió la renuncia de nadie. Él dijo que si estuviera en una situación similar a Zaffaroni renunciaría, pero él no pidió la renuncia de nadie. No hay delito en esta situación", aclaró el radical.
Que dije, que dijo, que no dije, que no dijo. Este parece ser el modus vivendi de Alfonsinito en particular y de los radicales en general. "Macri es mi límite", había dicho Ricardito un tiempo atrás para luego salir en defensa del reelegido jefe de gobierno porteño y, de paso, llamar a votarlo en primera vuelta, sacrificando a la propia candidata porteña de la UCR. "Yo no dije que era mi límite", salió a desdecirse entonces.
Sin embargo, lo interesante del caso es que, comparando una situación con la otra, el mancillador de apellido pidió la renuncia de Zaffaroni por una situación que no configura delito (como lo reconoció su correligionario Gil Lavedra) pero llamó a votar y a aplaudir a Mauricio Macri cuando está procesado por las escuchas telefónicas e imputado por crear grupos de tareas (ex UCEP) para agredir población porteña en situación de calle.
Las extrañas varas de Ricardito para medir a unos y a otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario