Un clérigo islámico residente en Europa ha asegurado que las mujeres no deberían estar cerca de bananas y de pepinos para poder evitar que se desencadenen "pensamientos sexuales".
El problema, según el religioso, es la semejanza existente entre esos frutos y el órgano sexual masculino.
Para el clérigo, las mujeres que quieran comer bananas y pepinos tienen que solicitar la ayuda de un hombre cercano, como su marido o su padre, para que se encargue de prepararlos antes de servirlos en el plato.
Es que "se asemejan al pene del hombre", por lo que las mujeres podrían tener pensamientos pecaminosos con relación al sexo cuando los manipulen, razón por la cual también quiere que entre los alimentos “prohibidos” para ellas, se incluyan las zanahorias y calabazas.
Si de asemejarse al pene del hombre se trata y de acuerdo a los resultados de un estudio interno realizado en la redacción de Currín On Line, habría que agregar a la lista de alimentos prohibidos para mujeres, al maní, los chizitos y los ñoquis.
Era hora que alguien lo diga. Las mujeres deben tener prohibida la manipulacion de batatas, zanahorias, zapallos, melones y zandías. Tambien del rabanito y el quinoto; sin olvidar la morcilla, el chorizo colorado, la tripa gorda y salchicha parrillera. Todo esto en pos de evitar la competencia desleal a la industria de los vibradores/consoladores.
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