Tres de los más acérrimos defensores del monopolio privado del papel de diario a través de Papel Prensa, salieron ayer a ratificar sus posiciones. Eliaschev, Majul y Leuco: todos para uno.
La tarea, obviamente, recayó en Clarín: ayer publicó una nota que reproduce declaraciones de tres de sus espadas contra la democratización del principal insumo de los diarios: el papel. Luis Majul, Alfredo Leuco y Pepe Eliaschev salen con uñas y dientes a defender a los monopolios y, claro, sus conchabos.
“Dos de los que más se han quejado (de Papel Prensa, como Jorge Lanata y Jorge Fontevecchia), reconocen que ya no hay problemas con esa empresa”, dice Alfredo Leuco, quien agrega: “No me gustan los monopolios ni las posiciones dominantes, pero si el proyecto es que Guillermo Moreno abra el grifo del papel de acuerdo al comportamiento de los diarios, me parece sumamente peligroso”.
El imbécil de Majul, a su turno, advierte que “Igual que con la ley de medios y la distribución de la publicidad oficial, el proyecto está armado para vengarse, para manipular los contenidos, convirtiéndose en una especie de Gran Hermano del papel” y agrega que “las consecuencias no son percibidas por la sociedad, al no estar vinculado a cosas inmediatas como la luz, el gas, la seguridad o el costo de vida. Pero está relacionado con una cosa tan o más importante, que es la libertad de pensamiento”.
Para Pepe Eliaschev, en tanto, el proyecto de ley que trata el Congreso “no busca democratizar el acceso al papel, sino que es un argumento para la intervención y posterior nacionalización de Papel Prensa”, apuntando a “aquellos objetivos que considera como enemigos. Es incomprensible y absolutamente inaceptable tomar al pie de la letra la noción de la democratización de un bien que es accesible. Es evidente que es una revancha”.
A no desesperar amigo lector. No caben dudas de que Clarín es el paraíso del periodismo independiente y de la pluralidad de voces y por ello, seguramente, en la edición de hoy del pasquín rellena zapatos, publicarán la opinión de Víctor Hugo Morales, Eduardo Aliverti y Horacio Verbitsky.
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