Ashleigh Kirby, de 36 años, quería ser madre pero adoptar le daba fiaca así que optó por comprar un bebé de plástico y criarlo como si estuviera vivo. Lo pasea e incluso le cambia los pañales. Su única hija esta celosa.
Los lectores nos hemos acostumbrado a leer historias extrañas pero hay algunas que aún nos sorprenden. Ashleigh es una mujer inglesa que es soltera y tiene una única hija, Becky de 12 años de edad. Hasta aquí una situación normal. Lo que volvió su relato de vida una noticia en la sección "bizarra" es que la mujer quiso ser madre nuevamente pero como no consiguió con quien tener un bebé y adoptar la daba fiaca se compró un niño de plástico que trata como si estuviera vivo.
Ella lo lleva de compras, le cambia los pañales y compró mucha ropa para su "niño", destacan los medios que se hicieron eco de esta inusual actitud maternal. Ashleigh, de Andover, Hampshire, contó a la prensa: "Siempre he pensado que algo faltaba en mi vida y, cuando vi a los bebés, de inmediato supe que era eso. Los muñecos son un sustituto para mí. Yo soy muy maternal. Compré a Finlay hace seis meses por £ 250".
Asimismo agregó que consideró "la posibilidad la adopción, pero soy demasiado perezosa para pasar por ese proceso. Los niños reales dan mucho trabajo". Ashleigh, que se separó del padre de Becky cuando su hija tenía cinco años, estaba desesperada por agrandar la familia, pero le preocupaba encontrar al hombre adecuado, asi que se le ocurrió adquirir uno de los nuevos muñecos de más increíble realismo, llamado "Renace", después de ver un documental.
El cuerpo está cargado con bolas de cristal o de acero planos para que se sienta lo más real posible. Cada cabello se añade individualmente a la cabeza del bebé. Los muñecos son pintados con las venas antes de colocarle las capas de pintura para crear el tono de la piel lo más real posible. Finalmente se colocan en un horno. Cada muñeco "Renacer" tiene las uñas, la piel escamosa y el cabello suave de bebé y puede pesar hasta 9 libras.
Pero lo más insólito son las declaraciones de esta mujer sobre su "maternidad". "Cuando vi a Finlay por primera vez, sentí un lazo más fuerte que el que sentí cuando nació mi hija Becky", dice Ashleigh. "Sentí la imperiosa necesidad de amarlo. En cambio, con Becky estaba tan cansada que ni siquiera me sentí tan cercana a ella".
El entusiasmo que Ashleigh siente por Finlay es tan grande, que ya está pensando en comprarle una 'hermanita', que se llamará Summer. El problema que tiene esta extraña mamá es que su hija (real) siente celos y admite que ha escondido a su "hermano" de sus compañeros ya que afirma que la obsesión de su madre por su hijo de plástico es "rara".
Nos quedan dos reflexiones:
La primera es acerca de cuánta razón tenía Diego Maradona cuando dijo que "boludos y hormigas hay en todos lados".
La segunda, es que debemos replantearnos seriamente esta cuestión de tratar de "loca" a Carrió. Lilita, al lado de esta mina, es el monumento a la cordura.
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