El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mugricio Macri, manifestó que "la verdad es que soy muy optimista acerca del futuro de la Argentina y lo soy por los talentos, por las capacidades que tenemos" y porque percibe en la gente "la convicción de que nos llegó la hora del progreso".
El hijo bobo de Franco Macri, al disertar en la 59ª Convención Anual de la Cámara de la Construcción, relató al auditorio que el fin de semana viajó al Noroeste argentino y precisó que en "cada lugar que paré, encontré lo mismo: gente llena de entusiasmo, llena de energía, con la convicción de que nos llegó la hora del progreso".
"Y tal vez hoy como nunca dándonos cuenta que depende de nosotros mismos, por eso espero que la dirigencia esté a la altura del entusiasmo que tiene la ciudadanía y que podamos trabajar juntos", añadió.
"Hoy el mundo tiene más incertidumbres que certezas y los sucesos económicos han desacelerado su nivel de crecimiento por eso, hoy más que nunca tenemos que atacar juntos los problemas centrales que tenemos como sociedad, y que pueden perjudicar ese enorme futuro que tenemos", agregó.
Al referirse a los problemas, el jefe de Gobierno porteño sostuvo que la inflación es prioridad. "Nadie mejor que los ingenieros sabemos lo que es sufrir con la inflación. Cuando la inflación crece desaparece el foco de la productividad, la eficiencia y el trabajo", afirmó.
No obstante aclaró que "trabajando juntos (Nación, provincia y municipios) esto se puede resolver, como también podemos resolver y transformar los problemas en oportunidades y la necesidad creciente de energía y de mejor logística para mejorar nuestra competitividad".
Seguidamente sostuvo que "el diálogo político en estos tiempos tiene que estar marcado por la cooperación y el respeto. Lo que tiene que haber es trabajo en equipo entre ciudades, provincias y no sometimientos".
Al respecto indicó que "tiene que haber un federalismo activo que plantee las prioridades y que juntos podamos realizarlas y de esa manera acercarnos a aquellos que nos han votado".
"No hay diferencias políticas -dijo- que nos impidan trabajar por la gente, insisto, que ha confiado en nosotros. Desde la Ciudad de Buenos Aires quiero ratificar el compromiso de seguir trabajando en equipo como lo hemos logrado con los vecinos, con el sector privado, buscando áreas de cooperación con la Nación y con la provincia de Buenos Aires".
Macri señaló también que "sería bueno que pudiéramos retomar esta obra largamente demorada hace décadas, que es la autopista ribereña, que resolvería el alto nivel de agresión que sufre la Ciudad con el tránsito de carga norte-sur, sur-norte".
Finalmente reiteró que "si queremos desarrollo sustentable en lo social, en lo económico, más que nunca tenemos que trabajar en equipo el sector público y el sector privado".
Lo sorprendente es que Macri dijo todo esto solito, sin necesidad de que Chaín le estuviera soplando la nuca para decirle lo que tenía que decir.
Es cierto que llegó la hora del progreso. Lo que le faltó decir es que el progreso llegó... a pesar suyo.
El hijo bobo de Franco Macri, al disertar en la 59ª Convención Anual de la Cámara de la Construcción, relató al auditorio que el fin de semana viajó al Noroeste argentino y precisó que en "cada lugar que paré, encontré lo mismo: gente llena de entusiasmo, llena de energía, con la convicción de que nos llegó la hora del progreso".
"Y tal vez hoy como nunca dándonos cuenta que depende de nosotros mismos, por eso espero que la dirigencia esté a la altura del entusiasmo que tiene la ciudadanía y que podamos trabajar juntos", añadió.
"Hoy el mundo tiene más incertidumbres que certezas y los sucesos económicos han desacelerado su nivel de crecimiento por eso, hoy más que nunca tenemos que atacar juntos los problemas centrales que tenemos como sociedad, y que pueden perjudicar ese enorme futuro que tenemos", agregó.
Al referirse a los problemas, el jefe de Gobierno porteño sostuvo que la inflación es prioridad. "Nadie mejor que los ingenieros sabemos lo que es sufrir con la inflación. Cuando la inflación crece desaparece el foco de la productividad, la eficiencia y el trabajo", afirmó.
No obstante aclaró que "trabajando juntos (Nación, provincia y municipios) esto se puede resolver, como también podemos resolver y transformar los problemas en oportunidades y la necesidad creciente de energía y de mejor logística para mejorar nuestra competitividad".
Seguidamente sostuvo que "el diálogo político en estos tiempos tiene que estar marcado por la cooperación y el respeto. Lo que tiene que haber es trabajo en equipo entre ciudades, provincias y no sometimientos".
Al respecto indicó que "tiene que haber un federalismo activo que plantee las prioridades y que juntos podamos realizarlas y de esa manera acercarnos a aquellos que nos han votado".
"No hay diferencias políticas -dijo- que nos impidan trabajar por la gente, insisto, que ha confiado en nosotros. Desde la Ciudad de Buenos Aires quiero ratificar el compromiso de seguir trabajando en equipo como lo hemos logrado con los vecinos, con el sector privado, buscando áreas de cooperación con la Nación y con la provincia de Buenos Aires".
Macri señaló también que "sería bueno que pudiéramos retomar esta obra largamente demorada hace décadas, que es la autopista ribereña, que resolvería el alto nivel de agresión que sufre la Ciudad con el tránsito de carga norte-sur, sur-norte".
Finalmente reiteró que "si queremos desarrollo sustentable en lo social, en lo económico, más que nunca tenemos que trabajar en equipo el sector público y el sector privado".
Lo sorprendente es que Macri dijo todo esto solito, sin necesidad de que Chaín le estuviera soplando la nuca para decirle lo que tenía que decir.
Es cierto que llegó la hora del progreso. Lo que le faltó decir es que el progreso llegó... a pesar suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario