Los medios comenzaron a reflejar las voces a favor y en contra del recientemente creado Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano. O'Donnell lo apoya y Sarlo lo critica.
La creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, mediante un decreto presidencial, del cual fue nombrado titular el historiador Mario "Pacho" O’Donnell, abrió la polémica en torno al uso que se le dará y la trascendencia del mismo.
Según La Nazión, algunos historiadores “advierten con preocupación que la tarea estará a cargo de divulgadores de la historia y no de científicos reconocidos en la materia. Señalan además que se ignora aún si el objetivo real no será incorporar estos nuevos relatos históricos en los programas de las escuelas secundarias. Y alertan, en consecuencia, sobre la posibilidad de que esta operación impulsada por la Casa Rosada tenga como meta la instauración de un ‘pensamiento único’ del pasado”.
En el mismo diario, O’Donnell salió a defender tanto al flamante Instituto como al revisionismo: “Esta es una corriente que trata acerca de una manera diferente de ver la historia, porque los hechos existen, están en el rango de lo objetivo, y después viene la interpretación de las circunstancias. El llamado revisionismo histórico está muy cerca del peronismo. Hay dos movimientos que anticipan al peronismo: el revisionismo histórico y Forja; las grandes figuras, los antecesores, son Saldías, Ibarguren y, ya más cerca, Jauretche, Rosa, Abelardo Ramos...", señaló el ensayista.
“La historia oficial nace de ese personaje maravilloso que es Mitre. Alberdi puede ser considerado un precursor del revisionismo por la oposición que tenía con Mitre y Sarmiento, que fue el ideólogo del proyecto oligárquico porteño, cuyas consecuencias hoy sufrimos", señaló al respecto O’Donnell.
"Yo soy un revisionista que nunca ha hecho antimitrismo -indicó-. Hay una interpretación malévola, porque se piensa que este instituto ha sido legitimado para servir y venerar a Néstor (Kirchner). Y no es así. Por otra parte, no se puede ocultar que Cristina Kirchner sabe mucho de historia y su orientación es revisionista".
Beatriz "cara de oler mierda" Sarlo también se pronunció sobre el Instituto en una columna que se publicó ayer en el diario mitrista, donde señala que “no se funda, entonces, con la modesta aspiración de conocer más y mejor el pasado, sino con la de poner las cosas en su lugar. Ya se sabe quiénes fueron los héroes y los villanos. Ahora hay que difundirlo desde un organismo público”.
“Hoy -dice Sarlo-, el revisionismo (que no se practica en la universidad, donde se lo estudia como se estudian las obras del pasado) es una especie de fósil que vive en el paraíso de los best-sellers. Una veta del mercado editorial con novelas buenas y malas, biografías y libros de divulgación más atractivos, sin duda, que las ponencias de los simposios de historiadores. De grupo de elite segundona, reaccionaria, católica y nostalgiosa que fueron aquellos primeros revisionistas, los de hoy son favoritos de los CEO de grandes editoriales”.
También se quejó porque “podría convertirse en un rincón arcaico y polvoriento. Pero también podría ser un centro que irradie su ‘historia’ a la escuela. Allí se convertiría en algo más peligroso”.
El decreto presidencial (que se publicó ayer lunes en el Boletín Oficial) establece que el Instituto se crea para "el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana". Personalidades que "obligan a revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX".
El Instituto tendrá 33 miembros ad honorem, entre los que se destacan el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, su titular Mario "Pacho" O´Donnell, Felipe Pigna, Hernán Brienza, Araceli Bellotta, Víctor Ramos y Luis Launay.
Además, instaura dos premios: el "José María Rosa", que será otorgado cada dos años al historiador, ensayista o pensador argentino que más se haya destacado en la investigación, elaboración y divulgación de la historia revisionista nacional; y el "Jorge Abelardo Ramos", que distinguirá a quien se haya destacado, dentro del territorio iberoamericano, en la historia revisionista continental.
Que miedo le da a la derecha la revisión del pasado. Y es lógico... El pasado los condena.
La creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, mediante un decreto presidencial, del cual fue nombrado titular el historiador Mario "Pacho" O’Donnell, abrió la polémica en torno al uso que se le dará y la trascendencia del mismo.
Según La Nazión, algunos historiadores “advierten con preocupación que la tarea estará a cargo de divulgadores de la historia y no de científicos reconocidos en la materia. Señalan además que se ignora aún si el objetivo real no será incorporar estos nuevos relatos históricos en los programas de las escuelas secundarias. Y alertan, en consecuencia, sobre la posibilidad de que esta operación impulsada por la Casa Rosada tenga como meta la instauración de un ‘pensamiento único’ del pasado”.
En el mismo diario, O’Donnell salió a defender tanto al flamante Instituto como al revisionismo: “Esta es una corriente que trata acerca de una manera diferente de ver la historia, porque los hechos existen, están en el rango de lo objetivo, y después viene la interpretación de las circunstancias. El llamado revisionismo histórico está muy cerca del peronismo. Hay dos movimientos que anticipan al peronismo: el revisionismo histórico y Forja; las grandes figuras, los antecesores, son Saldías, Ibarguren y, ya más cerca, Jauretche, Rosa, Abelardo Ramos...", señaló el ensayista.
“La historia oficial nace de ese personaje maravilloso que es Mitre. Alberdi puede ser considerado un precursor del revisionismo por la oposición que tenía con Mitre y Sarmiento, que fue el ideólogo del proyecto oligárquico porteño, cuyas consecuencias hoy sufrimos", señaló al respecto O’Donnell.
"Yo soy un revisionista que nunca ha hecho antimitrismo -indicó-. Hay una interpretación malévola, porque se piensa que este instituto ha sido legitimado para servir y venerar a Néstor (Kirchner). Y no es así. Por otra parte, no se puede ocultar que Cristina Kirchner sabe mucho de historia y su orientación es revisionista".
Beatriz "cara de oler mierda" Sarlo también se pronunció sobre el Instituto en una columna que se publicó ayer en el diario mitrista, donde señala que “no se funda, entonces, con la modesta aspiración de conocer más y mejor el pasado, sino con la de poner las cosas en su lugar. Ya se sabe quiénes fueron los héroes y los villanos. Ahora hay que difundirlo desde un organismo público”.
“Hoy -dice Sarlo-, el revisionismo (que no se practica en la universidad, donde se lo estudia como se estudian las obras del pasado) es una especie de fósil que vive en el paraíso de los best-sellers. Una veta del mercado editorial con novelas buenas y malas, biografías y libros de divulgación más atractivos, sin duda, que las ponencias de los simposios de historiadores. De grupo de elite segundona, reaccionaria, católica y nostalgiosa que fueron aquellos primeros revisionistas, los de hoy son favoritos de los CEO de grandes editoriales”.
También se quejó porque “podría convertirse en un rincón arcaico y polvoriento. Pero también podría ser un centro que irradie su ‘historia’ a la escuela. Allí se convertiría en algo más peligroso”.
El decreto presidencial (que se publicó ayer lunes en el Boletín Oficial) establece que el Instituto se crea para "el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana". Personalidades que "obligan a revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX".
El Instituto tendrá 33 miembros ad honorem, entre los que se destacan el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, su titular Mario "Pacho" O´Donnell, Felipe Pigna, Hernán Brienza, Araceli Bellotta, Víctor Ramos y Luis Launay.
Además, instaura dos premios: el "José María Rosa", que será otorgado cada dos años al historiador, ensayista o pensador argentino que más se haya destacado en la investigación, elaboración y divulgación de la historia revisionista nacional; y el "Jorge Abelardo Ramos", que distinguirá a quien se haya destacado, dentro del territorio iberoamericano, en la historia revisionista continental.
Que miedo le da a la derecha la revisión del pasado. Y es lógico... El pasado los condena.
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