El titular del partido, Ernesto Sanz, afirmó que el futuro presidente de la UCR no tienen que ser ni Alfonsinito ni él. Se proyectan un puñado de intendentes.
El titular del radicalismo, el senador Ernesto Sanz, se manifestó partidario de que ni el ex candidato presidencial, Alfonsinito, ni él, sean el nuevo presidente del centenario partido en la renovación que se hará el 5 de diciembre próximo.
“Ninguno de los protagonistas de la etapa que se cerró el domingo, entre ellos yo, creo que debería ser protagonista de la etapa que se abrió el domingo”, respondió Sanz a Mitre, al ser consultado sobre el tema.
Sanz adelantó que trabajará “para que exista una renegociación de autoridades donde haya nuevos protagonistas”, tras el resultado de la elección presidencial, el domingo, en que el hijo bobo del ex presidente salió tercero, con 11.15 por ciento de los votos, muy distante de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien obtuvo el 53,96 por ciento.
“Han pasado cosas graves y hay que identificar errores para cambiarlo, lo que no me voy a resignar es a que exista el radicalismo como fuerza política”, reflexionó el titular de la UCR, y evaluó que “la etapa que viene necesita de control a quien ganó y con la holgura que ganó”.
Sanz analizó, sin embargo, que “el radicalismo tiene muchas reservas, tiene muchos dirigentes con protagonismo, con éxito”.
Enumeró en ese sentido a “intendentes exitosos del radicalismo, que por suerte son muchos y algunos de ellos de capitales de provincias importantes y ahí tiene una base de sustentación del partido, no es la única”.
Si el radicalismo tiene, según Sanz, “tiene muchos dirigentes con protagonismo, con éxito”; la pregunta que nos surge es ¿por qué no pusieron a uno de esos a competir el domingo pasado, en vez de poner al impresentable mancillador de apellido?
“Ninguno de los protagonistas de la etapa que se cerró el domingo, entre ellos yo, creo que debería ser protagonista de la etapa que se abrió el domingo”, respondió Sanz a Mitre, al ser consultado sobre el tema.
Sanz adelantó que trabajará “para que exista una renegociación de autoridades donde haya nuevos protagonistas”, tras el resultado de la elección presidencial, el domingo, en que el hijo bobo del ex presidente salió tercero, con 11.15 por ciento de los votos, muy distante de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien obtuvo el 53,96 por ciento.
“Han pasado cosas graves y hay que identificar errores para cambiarlo, lo que no me voy a resignar es a que exista el radicalismo como fuerza política”, reflexionó el titular de la UCR, y evaluó que “la etapa que viene necesita de control a quien ganó y con la holgura que ganó”.
Sanz analizó, sin embargo, que “el radicalismo tiene muchas reservas, tiene muchos dirigentes con protagonismo, con éxito”.
Enumeró en ese sentido a “intendentes exitosos del radicalismo, que por suerte son muchos y algunos de ellos de capitales de provincias importantes y ahí tiene una base de sustentación del partido, no es la única”.
Si el radicalismo tiene, según Sanz, “tiene muchos dirigentes con protagonismo, con éxito”; la pregunta que nos surge es ¿por qué no pusieron a uno de esos a competir el domingo pasado, en vez de poner al impresentable mancillador de apellido?
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