Luego del pobre resultado en las elecciones generales, el radicalismo trabaja en un plan de modernización de la estructura partidaria que tiene como principal ítem la elección directa de autoridades por parte de los afiliados.
La propuesta está en pleno debate entre las distintas corrientes del partido como parte de un proyecto de reforma de la Carta Orgánica que incluye medidas para lograr un mayor acceso de la juventud a los cargos partidarios y la creación de un cuerpo más amplio para la toma de decisiones ejecutivas.
Por cuerdas separadas, no sólo el alfonsinismo sino también el vicepresidente Julio Cobos y un grupo de intendentes trabajan en ese sentido.
La principal incertidumbre es saber si alcanzarán los tiempos para impulsar la reforma en la próxima Convención Nacional, que se reunirá el 18 y 19 de noviembre y, en principio, con otro temario.
El apuro reside en que el próximo 5 de diciembre vence el mandato de Ernesto Sanz como presidente del Comité Nacional y el senador ya avisó que no está dispuesto a prorrogar su gestión, por lo que sería difícil que su sucesión se realice bajo una nueva modalidad que reemplace la actual elección por delegados (a razón de cuatro por provincia) en el tradicional plenario.
Por eso ya hay quienes hablan de la designación de un presidente interino hasta marzo o abril próximo a fin de que pueda reformarse la Carta Orgánica estableciendo la votación directa, lo que sería aceptado en el interior siempre y cuando se ponderen los votos según la provincia para equilibrar el peso de Buenos Aires, que beneficiaría al alfonsinismo.
En este proceso empezó a ganar lugar una camada de intendentes victoriosos en las pasadas elecciones, que con la reforma lograrían eliminar la exigencia de ser delegado de un comité distrital para poder ser elegido titular del Comité Nacional, la aspiración de máxima.
En las últimas horas, trascendió que el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, tendría el consenso de Sanz como de este grupo de intendentes que lideran el cordobés Ramón Mestre y el mendocino Víctor Fayad para conducir un próximo periodo de la UCR, aunque en el alfonsinismo se habla del propio Alfonsinito o de Gerardo Morales.
Por su parte, a poco de dejar la vicepresidencia de la Nación, Cobos trabaja en su nuevo rol de dirigente partidario (en diciembre asumirá como Delegado al Comité Nacional) con un "plan integral de reforma y modernización de la UCR" que viene sometiendo a consultas de dirigentes de todos el país.
En principio, la propuesta de Cobos se acerca en algunos puntos al plan de modernización en el que también trabaja el alfonsinismo: la elección por voto directo de las autoridades y la creación del Comité Federal de la UCR, integrado por la Mesa Directiva, los presidentes de cada distrito, los representantes de los frentes sociales y el Foro o Congreso de Gobernadores e Intendentes, a fin de ampliar el ámbito de toma de decisiones.
Pero, además, Cobos plantea la "periodicidad de los mandatos y limitación de las reelecciones", es decir propiciar un máximo de dos períodos para la elección de cargos partidarios debiendo mediar un interregno de un período y establecer una sola reelección para cargos electivos.
Y también propone la "participación equitativa e igualitaria de género en la conformación de las Mesas Directivas de los órganos partidarios" y la "obligatoriedad en la integración en las Mesas de Conducción de representantes de Franja Morada, la Juventud Radical y de los trabajadores radicales (OTR)".
Si una de las posibilidades es que el partido sea conducido por el impresentable Gerardo Morales, no hay plan de ninguna naturaleza que pueda dar resultado.
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