Samuel James, de 10 años, se fue de vacaciones como el resto de sus compañeros en el mes de junio. Pero en septiembre regresó convertido en Livvy.
La historia, que ha reabierto el debate sobre el tema en el Reino Unido, la ha contado su propia madre, Saffron, con todo lujo de detalles, despliegue de fotos incluido, al diario Daily Mail. Su decisión ha generado todo tipo de comentarios, pero ella está convencida de que cambiar el sexo de su pequeño era lo mejor que podía hacer.
“El día que volví a clase tras las vacaciones sentía muchos nervios, pero por encima de todo tenía ganas de gritar. Me sentía tan contenta que no me importaba lo que la gente dijera o pensara de mí. Por primera vez podía sentirme yo misma y no pretender ser alguien que no era”, aseguró Livvy.
Para intentar afrontar este paso de la mejor manera posible, los padres de Livvy, Saffron y Phillip, se reunieron con la directora del colegio y convocaron una asamblea especial para explicar a todos los alumnos que Sam era ahora una chica, y que deberían tratarle como “ella”, y no como “él”. La responsable del centro explicó que Livvy padecía un trastorno denominado “disforia de género”, según el cual “en su cabeza se sentía como una chica, no como un chico”.
Además, lanzó a los estudiantes una advertencia: al igual que si se tratase de un alumno que sufriese algún tipo de discapacidad, llevase anteojos o cualquier otra circunstancia especial, no iba a tolerar ningún tipo de burla hacia ella. Al menos en los primeros días de clase, los padres de la niña aseguran que no han recibido ningún tipo de acoso.
“Ninguno de los chicos se ha burlado de mí -asegura Livvy- y me han aceptado como una niña. Aunque algunos me siguen llamando por mi antiguo nombre, no lo tengo en cuenta, porque sé que les llevará algún tiempo acostumbrarse. Tengo un grupo de amigas que sé que me protegerán, así que tengo todo el apoyo que necesito”.
“El día que volví a clase tras las vacaciones sentía muchos nervios, pero por encima de todo tenía ganas de gritar. Me sentía tan contenta que no me importaba lo que la gente dijera o pensara de mí. Por primera vez podía sentirme yo misma y no pretender ser alguien que no era”, aseguró Livvy.
Para intentar afrontar este paso de la mejor manera posible, los padres de Livvy, Saffron y Phillip, se reunieron con la directora del colegio y convocaron una asamblea especial para explicar a todos los alumnos que Sam era ahora una chica, y que deberían tratarle como “ella”, y no como “él”. La responsable del centro explicó que Livvy padecía un trastorno denominado “disforia de género”, según el cual “en su cabeza se sentía como una chica, no como un chico”.
Además, lanzó a los estudiantes una advertencia: al igual que si se tratase de un alumno que sufriese algún tipo de discapacidad, llevase anteojos o cualquier otra circunstancia especial, no iba a tolerar ningún tipo de burla hacia ella. Al menos en los primeros días de clase, los padres de la niña aseguran que no han recibido ningún tipo de acoso.
“Ninguno de los chicos se ha burlado de mí -asegura Livvy- y me han aceptado como una niña. Aunque algunos me siguen llamando por mi antiguo nombre, no lo tengo en cuenta, porque sé que les llevará algún tiempo acostumbrarse. Tengo un grupo de amigas que sé que me protegerán, así que tengo todo el apoyo que necesito”.
La noticia ha sido bien acogida por algunos padres, pero otros denuncian que no es apropiada la forma en la que ha sido comunicada, y aseguran que han causado una gran confusión entre sus hijos.
Algunos han ido más allá y han dejado algunos comentarios en internet asegurando que la familia de Livvy es “algo friki” (del ingles Freak, a entender: raro, extraño) y han puesto en duda que el deseo de cambiar de identidad de su hijo se deba a un trastorno médico, sino más bien a la forma en la que ha sido criado.“Se levantó y dijo que quería ser una chica”.
Los padres de Livvy, sin embargo, aseguran que desde que nació, Samuel no se sintió un chico, sino que pensaba, actuaba y sentía como una niña. “Así es como ella nació, así es cómo siempre ha sido. Simplemente se levantó una mañana y dijo que quería ser una chica”, explicó su madre al diario británico.
“No es una elección que ella haya hecho. Siempre ha sido una pequeña niña que, por alguna razón, nació en un cuerpo de niño. No sabemos el motivo, y tampoco esperamos que la gente lo entienda. Simplemente no queremos que piensen que somos unos frikis, porque nuestra hija no lo es”, añadió su padre.
Sus padres definen a su hermano mayor como “el típico chico al que le gustan los ordenadores”, mientras que afirman que la otra hermana, de siete años, “no es tan femenina como Livvy y prefiere jugar con las construcciones más que con las muñecas de Barbie”. Mientras, Livvy cumple con todos los estereotipos de una chica -señalan sus padres- ya que adora las muñecas, los perfumes, los cosméticos y el color rosa. “Vistiendo ropas de chicas es como realmente se siente feliz”, agregan.
La primera vez que le diagnosticaron disforia de género fue en el servicio pediátrico de un hospital, desde donde remitieron a Sam a un centro de salud mental del servicio nacional de salud especialista en trastornos de género. En un primer momento, sus padres le vestían de niña dentro de casa, pero con atuendo masculino cuando salía, conscientes de que en la pequeña localidad donde vivían, Worcester, lo contrario provocaría todo tipo de comentarios. Sin embargo, ante la insistencia de su hijo, decidieron dar este paso este verano y cambiarle de sexo.
La primera vez que le diagnosticaron disforia de género fue en el servicio pediátrico de un hospital, desde donde remitieron a Sam a un centro de salud mental del servicio nacional de salud especialista en trastornos de género. En un primer momento, sus padres le vestían de niña dentro de casa, pero con atuendo masculino cuando salía, conscientes de que en la pequeña localidad donde vivían, Worcester, lo contrario provocaría todo tipo de comentarios. Sin embargo, ante la insistencia de su hijo, decidieron dar este paso este verano y cambiarle de sexo.
La noticia tuvo repercusiones aquí en Argentina. Horacio Rodríguez Larrera dijo que "venía escuchando la radio en el auto y cuando dijeron 'se fue de vacaciones y volvió convertido en mujer' me pegué el cagazo de mi vida. Pensé que hablaban de Mauricio, que se va de vacaciones 25 veces por año".
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