Luego de que el candidato de Udeso le exigiera a Hebe de Bonafini de "pedir disculpas" por la causa judicial que investiga una presunta malversación de fondos por parte del ex apoderado de la Fundación, Sergio Schoklender, las integrantes del organismo de derechos humanos ratificaron que están "absolutamente de acuerdo" con las "declaraciones y acciones" de quien las representa.
La organización ratificó su apoyo a Bonafini el mismo día en que un grupo de diputados opositores esperaban la presencia de la dirigente en el Congreso, para vincularla con la investigación a Schoklender.
"Nuestra lucha es la de nuestros hijos por el país y por el pueblo y los que nos critican son los que avalaron la impunidad y aprobaron la dictadura", replicaron las militantes de derechos humanos en un texto cuyo título es "Hebe y las Madres somos una".
Alfonsinito había dicho que la líder de Madres debería "actuar con un poco más de prudencia" y "pedir disculpas a los argentinos, a los beneficiarios de los planes de vivienda que se vieron frustrados" y a las integrantes de la institución que preside.
"Rechazamos al señor Alfonsín y a cualquier otra persona que pretenda decirnos a las Madres qué debemos hacer, dado que actuamos con total seguridad", aseveraron las militantes de derechos humanos y reflexionaron: "Hasta qué bajos recursos son capaces algunos políticos y periodistas para entorpecer la lucha de amor y dignidad de la Asociación".
"Hebe y las Madres somos una. Las Madres estamos representadas por Hebe y absolutamente de acuerdo con sus declaraciones y acciones", insistieron y finalizaron el comunicado con una suerte de declaración de principios: "Ni un paso atrás".
Alfonsinito resultó ser insaciable. Parece que no le alcanza con mancillar el apellido y la memoria de su padre. Su inocultable vocación por el ridículo y por inspirar vergüenza ajena, lo llevan también a pretender manchar los pañuelos.
Iglesias (el candidato radical a la gobernación de Mendoza) se equivocó. A Alfonsinito no hay que cortarle la boleta. Habría que cortarle la lengua.
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