Luis Majul pone en evidencia lo que los medios de prensa intentan hacer ante la opinión pública: transformar al "pobre" Sergio Schoklender en una "víctima de las circunstancias".
De victimario a víctima; de denunciado a denunciante. Esta es la estrategia que siguen los medios monopólicos con relación al “caso Schoklender”, quien esta semana irá al Congreso para hacer de sus “denuncias” un pequeño circo que sirva a la oposición para remontar algún puntito más con vistas a las generales de octubre.
De victimario a víctima; de denunciado a denunciante. Esta es la estrategia que siguen los medios monopólicos con relación al “caso Schoklender”, quien esta semana irá al Congreso para hacer de sus “denuncias” un pequeño circo que sirva a la oposición para remontar algún puntito más con vistas a las generales de octubre.
Y quién sino Luis Majul se calza la mochila para darle a esa campaña alguna pátina de “credibilidad” ante los desprevenidos lectores de El Cronista, los que seguramente habrán escuchado por ahí que el imputado carece de la misma -credibilidad- para la mayoría de los referentes políticos, sociales y judiciales del país. Sergio Schoklender, en fin, está siendo investigado por la Justicia por los numerosos delitos que parece haber cometido durante su administración en Sueños Compartidos.
Pero se trata de convertirlo en “chivo expiatorio”. En eso consiste la campaña y echar culpas sobre los “verdaderos responsables” de sus desfalcos: el gobierno nacional, en primer lugar y las Madres de Plaza de Mayo, en segundo, en la persona de Hebe de Bonafini.
Por eso, en su columna de ayer, el infeliz de Majul nos advierte que “importantes funcionarios y también un periodista al que se lo menciona como un ministro sin cartera (se refiere a Verbitsky) están operando con energía para evitar que las denuncias de Sergio Schoklender contra el gobierno pasen a mayores”, afirma.
¿Su “fuente”? Claro, el propio Schoklender: “Nunca me apretaron tanto en tan poco tiempo”, dice Majul que le dijo “el propio Schoklender, mientras me confirmaba que asistiría a la invitación que le cursaron, para el próximo jueves, los presidentes de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Viviendas de la Cámara de Diputados”.
Luego de reconocer que “al ex apoderado de la Fundación Sueños Compartidos no lo mueve el altruismo” porque “lo hace para apurar el expediente y evitar ser condenado” por hechos flagrantes, a Majul no le importa nada: “De cualquier manera, y más allá de su conveniencia personal, sus acusaciones son dignas de ser investigadas. Y lo que importa es si son verdaderas o falsas”.
Pero al conductor de La Cornisa no le importan la verdad o la mentira: el interés está puesto en dar la mayor difusión posible a las “denuncias”. De eso trata esta campaña sucia acompañada por Clarín y La Nazión. “El ex apoderado de Madres no contó, todavía, todo lo que sabe -dice Luis-. Sin embargo ya ensució a medio mundo, incluida la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner” y esto es en verdad lo que le interesa seguir publicando.
Siempre nos queda la duda sobre si Majul es o se hace. Luisito; ya lo intentaron con el tema Schoklender y Cristina sacó más del 50% de los votos. ¿Por qué no prueban con otra cosa?
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