El reelecto jefe de gobierno, previendo un posible resultado adverso de la oposición en las primarias, decidió posponer el apoyo y se fue de viaje. Ahora a su regreso se mantiene al margen y espera precavido.
Una vez que los resultados finales del balotaje lo dieron como ganador, Mugricio Macri, sabía que había que partir. El jefe de gobierno porteño era consciente que en pocos días su victoria se vería opacada por las elecciones primarias y como aún no había decidido a quien brindale su apoyo -por no tener candidatos propios-, quedarse en el país era exponerse sin obtener nada a cambio. Y no se equivocó. Estuvo 10 días en Europa y volvió cuando las repercusiones por el triunfo de Cristina ya eran menores.
Sin embargo, hay algo que no tuvo en cuenta: la magnitud de la derrota fue mayor a la esperada. Por eso cuando volvió se reunió con todos sus hombres de confianza y allí, cauteloso, decidió que suspendería los encuentros con Alfonsinito, Ednarco Duhalde y Francisco De Narcováez, previstos horas antes de partir. A esta decisión se le sumó que en los próximos días solo irá a actos protocolares, sin exposición pública y por fuera de la gestión solo se localizará en acompañar la campaña de su candidato a diputado nacional, Federico Pinedo.
Así es cómo la vida del hijo bobo de Franco Macri y su relación con los otros miembros de la oposición cambió en pocos meses. De ser el candidato con más intención de voto de los dirigentes antikirchneristas, pasó a buscar la revalidación en la Ciudad y dejar de lado las aspiraciones nacionales del PRO. Es que no hace tanto, en marzo, Macri había llamado al arco opositor a firmar un acuerdo, que los llevara a trabajar juntos en las mismas propuestas de cara al 23 de octubre, pero no tuvo recepción.
Sin embargo, meses después, en la segunda vuelta porteña, todo cambió. Quienes le había negado la palabra, ahora salían a apoyarlo. Alfonsinito, De Narcováez y Elisa Carrió (por solo nombrar algunos). Así volvió la intención de acercarse al macrismo y antes de las elecciones primarias, había una gran expectativa mediática para saber a quien apoyaría con miras a la carrera presidencial que culminará el 23 de octubre de este año.
Pero después de las PASO, a Macri ya no le sirve brindarle el apoyo a ninguno de ellos. Una foto con Ricardito o Duhalde tendría un costo político muy alto y por el momento solo quiere pensar en su gestión y en el 2015. "Mauricio Macri tendrá sólo actividad protocolar por estos días; por ahora no va a salir a hacer declaraciones, llevando al mínimo su exposición pública", dijo a Télam una fuente consultada.
Mientras la oposición realiza autocríticas y trata de analizar la mejor forma de relanzar su campaña para los próximos sesenta días, "Macri continuará con su bajo perfil, podrá tener contactos con referentes de la oposición, pero no quedará pegado con nadie, en la foto no estará", advirtió la fuente que también recordó que "cuando en marzo Mauricio propuso un acuerdo entre todos los partidos de la oposición", los referentes de la oposición le dieron la espalda, y afirmó que "el tiempo demostró que estaba en el camino correcto".
Por todo esto, Mugricio se concentrará, de aquí en adelante, en tareas de gestión, en preparar el nuevo gobierno que asumirá en diciembre, realizando los cambios de gabinete que resulten necesarios, y respaldando al primer candidato a diputado nacional de su partido, Federico Pinedo.
¿Y aquello de juntarse con la oposición?... No, gracias. Recién tiré.
Sin embargo, hay algo que no tuvo en cuenta: la magnitud de la derrota fue mayor a la esperada. Por eso cuando volvió se reunió con todos sus hombres de confianza y allí, cauteloso, decidió que suspendería los encuentros con Alfonsinito, Ednarco Duhalde y Francisco De Narcováez, previstos horas antes de partir. A esta decisión se le sumó que en los próximos días solo irá a actos protocolares, sin exposición pública y por fuera de la gestión solo se localizará en acompañar la campaña de su candidato a diputado nacional, Federico Pinedo.
Así es cómo la vida del hijo bobo de Franco Macri y su relación con los otros miembros de la oposición cambió en pocos meses. De ser el candidato con más intención de voto de los dirigentes antikirchneristas, pasó a buscar la revalidación en la Ciudad y dejar de lado las aspiraciones nacionales del PRO. Es que no hace tanto, en marzo, Macri había llamado al arco opositor a firmar un acuerdo, que los llevara a trabajar juntos en las mismas propuestas de cara al 23 de octubre, pero no tuvo recepción.
Sin embargo, meses después, en la segunda vuelta porteña, todo cambió. Quienes le había negado la palabra, ahora salían a apoyarlo. Alfonsinito, De Narcováez y Elisa Carrió (por solo nombrar algunos). Así volvió la intención de acercarse al macrismo y antes de las elecciones primarias, había una gran expectativa mediática para saber a quien apoyaría con miras a la carrera presidencial que culminará el 23 de octubre de este año.
Pero después de las PASO, a Macri ya no le sirve brindarle el apoyo a ninguno de ellos. Una foto con Ricardito o Duhalde tendría un costo político muy alto y por el momento solo quiere pensar en su gestión y en el 2015. "Mauricio Macri tendrá sólo actividad protocolar por estos días; por ahora no va a salir a hacer declaraciones, llevando al mínimo su exposición pública", dijo a Télam una fuente consultada.
Mientras la oposición realiza autocríticas y trata de analizar la mejor forma de relanzar su campaña para los próximos sesenta días, "Macri continuará con su bajo perfil, podrá tener contactos con referentes de la oposición, pero no quedará pegado con nadie, en la foto no estará", advirtió la fuente que también recordó que "cuando en marzo Mauricio propuso un acuerdo entre todos los partidos de la oposición", los referentes de la oposición le dieron la espalda, y afirmó que "el tiempo demostró que estaba en el camino correcto".
Por todo esto, Mugricio se concentrará, de aquí en adelante, en tareas de gestión, en preparar el nuevo gobierno que asumirá en diciembre, realizando los cambios de gabinete que resulten necesarios, y respaldando al primer candidato a diputado nacional de su partido, Federico Pinedo.
¿Y aquello de juntarse con la oposición?... No, gracias. Recién tiré.
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