Tres son los diputados incondicionales al Grupo Clarín: la radical Silvana Giudici y los lilitos Patricia Bullrich y Fernando Iglesias. La primera deja el Congreso y sobre los segundos hay fuertes dudas que puedan alcanzar el piso para intentar renovar en octubre.
Así como Luis XIII, rey de Francia, tenía en los mosqueteros a incondicionales defensores y muy especialmente a tres (que eran cuatro), según la novela de Dumas padre, el Grupo Clarín tiene los suyos en algunos lugares estratégicos del poder político.Para el caso, en el Congreso, donde sus serviles mosqueteros también suman tantos como Athos, Porthos y Aramis (a los que siempre se suma un Dartagnan). Se trata de la radical Silvana Giudici y los lilitos Patricia Bullrich y Fernando Iglesias, siempre dispuestos a dar la vida por la pareja real: Noble-Magnetto. Los tres integran la estratégica Comisión de Libertad de Expresión en la cámara baja.
Pero las primarias del domingo podría dejar al multimedio sin el mentado trío: el filtro del 1,5 por ciento de los votos podría dejar fuera del Palacio Legislativo a los diputados.
De hecho, tras la magra cosecha del 2 por ciento en la Ciudad como candidata de la UDESO a jefa de Gobierno, Giudici -presidenta de la comisión- no renueva y no entró en las listas porteñas por el frente que encabeza Alfonsín.
La situación de Bullrich e Iglesias es diferente: pretenden renovar, pero las últimas elecciones provinciales (como en Córdaba, donde obtuvo menos del 1 por ciento) hacen dudar a más de uno si, a nivel nacional y especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, la Coalición Cívica podrá alcanzar el piso del 1,5 por ciento para seguir camino a octubre, al menos en la categoría de diputados nacionales, donde ambos figuran.
Según indica Tiempo Argentino, la Comisión de Libertad de Expresión es uno de los bastiones capturados por el desaparecido Grupo A desde 2009. Desde allí se intentó frenar la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, es desde allí que se impulsan los proyectos de ley para modificar el artículo 161 de la Ley de Servicio de Comunicación, extendiendo los plazos para la desinversión, y desde allí se han amplificado los supuestos ataques a la libertad de prensa sufridos por los editorialistas del Grupo Clarín.
En esa misma comisión presidida por Silvana Giudici se han estancado: la denuncia de censura por parte del Grupo América realizada por el periodista Reynaldo Sietecase, la investigación sobre el vínculo del diputado y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Francisco de Narváez con el Grupo América, la denuncia de persecución laboral realizada por el periodista, recientemente fallecido, Claudio Díaz, y los pedidos para el ingreso a la grilla de Cablevisión del canal infantil Pakapaka y del canal de noticias CN23.
La verdad es que no hace diferencia si siguen o no en el Congreso. Porque si no siguen, seguramente habrá otros mosqueteros dispuestos a venderle su alma y sus convicciones a Magnetto.
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