Increíble pero real. Rodeada de scones, brownies, y te de varietales, Elisa Carrió intentó convencer en un "Tea Party" a las militantes del paquete grupo Posadas que tienen que votar a sus candidatos.
“Sé que los que venimos de alguna rama europea somos un poco racistas”, dijo sin pelos en la lengua Elisa Carrió en el paquete "Tea Party" que encabezó en el café Victoria en su barrio, Recoleta. El encuentro, organizado por el grupo Posadas, tenía como objetivo recaudar fondos para la campaña para las elecciones nacionales de octubre. Sin embargo de los 60 pesos invertidos solo 16 iban al partido y el resto era para los dueños del bar.
Rodeada de señoras finas, vecinas del acaudalado barrio de Recoleta, Lilita hizo declaraciones muy polémicas. “Hay que promover la inmigración latinoamericana, pero también europea. De lo que les queda”, subrayó. “Muchos de ustedes en sus casas tienen personas que son de origen latinoamericano. A mí, si me sacan a María, dejo la existencia terrestre”, dijo elogió a su empleada de origen peruano pero haciendo una extraña generalización de las actividades laborales de los inmigrantes latinoamericanos.
Pero las declaraciones más cuestionables no llegarían sino hasta después. “Sé que los que venimos de alguna rama europea somos un poco racistas”, admitió sabiendo que el público al cual dirigía sus palabras no la iba a cuestionar. Más adelante siguió con su visión eurocentrista: “Antes, cuando éramos chicos y viajábamos a Europa resaltaban la cultura argentina; ahora resaltan la corrupción”.
El evento siguió con criticas al gobierno nacional y con excesivas palabras de afecto a sus principales colaboradores. En medio de brownies, scones y te de varietales, las emperifolladas militantes top de Elisa Carrió asentían con la cabeza cada uno de sus conceptos.
Días pasados, cuando hablamos por primera vez del "Tea Party" en cuestión, finalizábamos la nota trasladándole a Lilita y a sus paquetas militantes VIP, una sugerencia de nuestra amiga, la filósofa argentina Nora Báez: que se compraran una tortuga y se fueran despacito a la concha de su madre.
Ahora, enterados de las intimidades del encuentro -y si Nora no lo toma a mal- nos permitimos sugerirle que, ya que tiene plata, en vez de una tortuga, se compren una Ferrari 320, así se van a la concha de su madre, PERO RAPIDO!!!
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