Ya sin la máscara con que habitualmente intenta -sólo intenta- ocultar su militancia opositora, Luis Majul se sincera: reproduce en su columna de El Cronista todas y cada una de las consignas de Ricardito Alfonsín y Ednarco Duhalde.
Para empezar, digamos a su favor que ayer, su columna en El Cronista, del patrón Francisco de Narcováez, titulada "Detrás del voto últil", fue relativamente breve y además no dedica un solo párrafo a hacer sus habituales y farragosos "análisis" que recorren los tópicos vulgares de la prensa semanal.
En segundo lugar, aunque no menos importante, debemos también reconocerle que en lugar de aquellos "análisis"que esconden su militancia opositora -convengamos que no muy lúcida, sino más bien desesperada-, ayer decidió no esconder nada y dedica su nota enterita a levantar las "criticas" de dos de los candidatos opositores: Ricardito Alfonsín y Ednarco Duhalde. Se trata, pues, de un panfleto.
"Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde están detrás del voto útil. Se trata de la opción anticristinista que, según ellos, suma mucho más de la mitad del padrón electoral. Entre un 55 y un 60 por ciento, depende de quienes sean las encuestadoras que lo midan", comienza Luis, de entrada nomás utilizando los argumentos de los candidatos que, por cierto, ni multiplicándolos alcanzan la intención de voto que sugieren los porcentajes mencionados.
"¿Quiénes son los que van a votar contra Cristina Fernández de Kirchner, Néstor Kirchner y el gobierno nacional?", se pregunta y nos pregunta. "Según los asesores de Alfonsín, hay una buena parte que se ubica a la izquierda de la Presidenta. Se encuentran, en especial, en los centros urbanos. Son los votantes que con formación intelectual sostienen que este gobierno no es progresista. Que la pobreza y la indigencia sigue creciendo a pesar del aumento del Producto Bruto Interno (PBI). Que..." y así sucesivamente.
Cada consigna en forma de "crítica" formulada durante esta campaña por Alfonsinito y Duhalde es levantada y reproducida por Majul en su columna de ayer. Y después habla mal del periodismo militante.
Pero se entiende, porque después de todo, él no es un periodista militante. Él es un pelotudo militante.
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