El lenguaje habla mucho de las personas, especialmente si tenemos en cuenta su historia. De campaña, Ednarco Duhalde, por ejemplo, habla en términos castrenses para referirse a eventuales resultados electorales.
Teniendo muy presente la historia argentina, sobre todo la del último cuarto del siglo XX, las palabras "golpe" y "sucumbir" vinculadas en una misma frase, tienen una connotación boligerante propia de épocas no democráticas. Y si se tiene también en cuenta quién las pronuncia, la connotación es inequívoca.
Ednarco Duhalde, de campaña por el norte del país, anunció que "estamos trabajando muy fuerte, la elección del 14 de agosto va a ser clave para el futuro del país, quien quede primero de la oposición va a revivir la avalancha de votos de la gente que se siente agredida por este Gobierno".
Pero también dijo por Radio 10, desde Salta: "El Gobierno va a tener un golpe muy fuerte en Santa Fe y va a sucumbir en Córdoba". Los argentinos ya sabemos qué signifca "golpe" y "sucumbir" significa tanto ceder, someterse, como morir, perecer.
El militar prusiano Carl von Clausewitz, en su tratado "De la guerra", sostenía que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Duhalde, como nos tiene acostumbrados, invierte la ecuación y pretende convertir en guerra -con los medios que le son propios- lo que es una campaña electoral. Lo delata su lenguaje.
Será porque ése es el único método que conoce para llegar a la presidencia. ¿O será porque es un despreciable mal nacido?
Ednarco Duhalde, de campaña por el norte del país, anunció que "estamos trabajando muy fuerte, la elección del 14 de agosto va a ser clave para el futuro del país, quien quede primero de la oposición va a revivir la avalancha de votos de la gente que se siente agredida por este Gobierno".
Pero también dijo por Radio 10, desde Salta: "El Gobierno va a tener un golpe muy fuerte en Santa Fe y va a sucumbir en Córdoba". Los argentinos ya sabemos qué signifca "golpe" y "sucumbir" significa tanto ceder, someterse, como morir, perecer.
El militar prusiano Carl von Clausewitz, en su tratado "De la guerra", sostenía que "la guerra es la continuación de la política por otros medios". Duhalde, como nos tiene acostumbrados, invierte la ecuación y pretende convertir en guerra -con los medios que le son propios- lo que es una campaña electoral. Lo delata su lenguaje.
Será porque ése es el único método que conoce para llegar a la presidencia. ¿O será porque es un despreciable mal nacido?
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