El respaldo logrado por Silvana Giudici quedó casi 38 puntos porcentuales debajo del obtenido por Fernando de la Rúa en 1996 al convertirse en el primer jefe de gobierno porteño electo, y 47 puntos menos que la Alianza en 2000.
Con sólo el 2,06% de los votos, la UCR, que impulsó a Silvana Giudici como candidata a jefe de gobierno porteño, realizó ayer su peor elección en la última década y no logró sumar bancas en la legislatura. Rápido de reflejos, Alfonsinito, el candidato presidencial del partido, intentó despegarse de la derrota y aceptó ayer que si fuera porteño votaría por el hijo bobo de Franco Macri, aunque aclaró que tiene “claras diferencias con el PRO”.
Giudici, titular de la Comisión de Libertad de Expresión en Diputados desde la que militó en contra de la Ley de Servicios Audiovisuales, llegó a ser candidata luego de cierto consenso partidario. Minutos después de las 8 de la noche, desde el búnker montado en el Comité Capital, evitó hacerse cargo de la derrota de manera explícita y eligió felicitar a Macri por haber hecho “una excelente elección”.
Sobre la posición del partido en el ballottage, sostuvo que el radicalismo discutirá en forma orgánica a cuál de los candidatos apoyará en un plenario del partido.
Sin embargo, a las 9 de la noche -cuando los votos escrutados señalaban que Macri se imponía de manera contundente y definitiva- Alfonsinito, desde Chascomús, difundió un comunicado en el que sostuvo -en un forzado ejercicio- que si fuera porteño apoyaría al PRO en el ballottage. “Si fuera porteño votaría en la opción -a pesar de nuestras claras diferencias con el PRO- a favor de la autonomía de la Ciudad y contra las pretensiones hegemónicas del gobierno nacional”, sostuvo Ricardito, quien felicitó a “la ciudadanía por votar con dignidad y en rechazo a las prácticas extorsivas del gobierno nacional”.
En un intento por sumarse al triunfo del PRO en la Ciudad, el candidato presidencial de Unión para el Desarrollo Social analizó que “este resultado prefigura que en octubre nos encontraremos frente a un claro escenario de segunda vuelta”.
Después, el hijo bobo de Raúl Alfonsín amplió ese razonamiento: “El comportamiento electoral de los porteños es un ejemplo de dignidad republicana para el resto de los electores que se ven sometidos a la amenaza de las represalias por parte del gobierno nacional si votan candidatos de la oposición”.
Lejos quedó Giudici de la performance electoral que le permitió a Fernando De la Rúa convertirse en 1996 en el primer jefe de gobierno porteño con el 40% de los votos. Lejos también se posicionó del 49,4% de los votos que consiguió en 2000 como parte de la Alianza, con la fórmula integrada por Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras.
Y el resultado es incluso peor que el que obtuvo el partido en las elecciones para senadores nacionales en 2007, en las que consiguió el 6,78% de los votos. El magro resultado, del que intentó despegarse Alfonsinito, deberá ser analizado puntillosamente por el dirigente radical que pretende conquistar a los porteños en la elección presidencial de octubre.
Apenas el 2,05% de los electores porteños apoyaron la fórmula radical. Un muy exiguo respaldo para una fuerza que dice podrá forzar el ballottage en la presidencial.
UCR. La vergüenza de haber sido y el dolor de ya nos ser.
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